(Pablo Ginés/Mar Velasco/La Razón) El portavoz episcopal considera que «se ha suprimido el reconocimiento del matrimonio en su especificidad», puesto que «las leyes españolas no lo reconocen y esto tiene unas consecuencias para la vida social de trascendencia incalculable», añadió. Asimismo, el prelado recordó que «la inmensa mayoría» de los españoles viven «en familias unidas, que viven un proyecto de amor entre hombre y mujer y quieren a sus hijos». Esta propuesta familiar «es la normal en España e infinitamente más bella y superior a modelos alternativos». Respecto al gran acto en la plaza de Colón de Madrid de mañana, Martínez Camino augura «una presencia masiva». Será «una celebración pausada y solemne, de manera que todo el mundo pueda participar con intensidad y entusiasmo», y será más breve que el acto con muchos oradores del año pasado. También se pronunció ayer el cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, en el programa radiofónico La Tarde, de cadena COPE, asegurando que «si hay un problema grave en el mundo actual en general, pero de una manera muy singular en Europa, es el de la crisis de la familia». El cardenal defendió la «normalidad» de salir a calle a celebrar la fe, entendiendo «el derecho a la libertad religiosa como un derecho no sólo al mínimo, que lo puedas hacer en tu casa, medio a escondidas, sino a vivirlo públicamente». Sobre la posibilidad de institucionalizar el Día de la Familia, el cardenal dijo que «nuestra intención es llevar esta celebración a la gran manifestación, al gran testimonio público», algo que, como la Semana Santa o el Corpus en muchas ciudades, pueda tener una visibilidad con «días en que la Iglesia y los cristianos salen a la calle». El obispo de Bilbao, Ricardo Blázquez, no acudirá al encuentro de Madrid, aunque sí asistirá su obispo auxiliar, Mario Iceta. Blázquez ha difundido su homilía de mañana en la catedral bilbaína. En ella, lamenta el crecimiento del número de divorcios a raíz de la aprobación del «divorcio exprés». Anima a los matrimonios a «echar el resto y hacer todos los esfuerzos» para cuidar sus familias, incluso con las dificultades en conciliar familia y trabajo. Respecto a «los asesinatos de esposas por sus esposos», acepta las «leyes y disposiciones razonables», pero detecta un «problema moral» que sólo puede resolverse «con motivaciones altas». Asimismo, en su carta dominical, el obispo de Huesca, Jesús Sanz Montes, afirma que los cristianos «no queremos ir a ninguna barricada, ni escondernos en ninguna sacristía, sino salir a la calle con respeto, con santa alegría, para mostrar nuestra fe mirando el modelo de la familia santa de Belén y Nazaret».