(RV/ReL) En un contexto mundial cada vez más difícil, el Pontífice ha querido saludar estos esfuerzos, “que deben encontrar asimismo -ha subrayado- el apoyo de las instituciones internacionales, a la medida de serios y de reconocidos compromisos”. “Es un desafío importante de cara a las generaciones futuras. Sería injusto que los hombres de hoy se desentendieran de sus responsabilidades haciendo que las consecuencias de sus preferencias pesaran sobre las generaciones que vendrán después de ellos”. El Papa ha explicado que “se trata no solamente de sanear la economía, sino también, y sobre todo, de afrontar la actualización de la justicia social. Es decir, ajustar las cuentas de la nación, quiere decir ofrecer igualmente un cuadro más seguro a la actividad económica y proteger mejor a las poblaciones más pobres y vulnerables. Este objetivo necesita de la cooperación de todos, ha afirmado el Papa. Así podremos observar de qué manera la armonía social está relacionada no sólo con “un cuadro legislativo justo y concreto, sino también con la cualidad moral de cada ciudadano, puesto que “la solidaridad se presenta bajo dos aspectos complementarios: el principio social y la virtud moral”. Benedicto XVI ha observado que para suscitar el sentido durable de la solidaridad, el mejor camino es el de invertir en la educación de los jóvenes. Sin embargo, esta preocupación por la educación de los jóvenes sería vana si la institución familiar fuera excesivamente frágil. “Existe una armonía profunda -ha señalado el Papa- entre las tareas de la familia y los deberes del Estado. Favorecer entre ellos una feliz sinergia significa obrar eficazmente por un futuro de prosperidad y de paz social”. A partir de la presentación de las cartas credenciales de esta mañana, la representación diplomática de las Islas Seychelles se convierte en “nación residente” y tendrá por tanto sede diplomática en Roma.