(Efe/La Razón) El ex líder del Partido Laborista recuerda que llevaba 25 años yendo regularmente a misas católicas y que en este tiempo ha criado a sus hijos como católicos, pero afirma que la conversión se retrasó debido a su compromiso y su responsabilidad política: "hubiera sido un follón si lo hubiera hecho cuando aún estaba en el cargo". "No hubo falta de respeto por la Iglesia anglicana. Es sólo que toda mi familia va a misa, mis hijos están siendo educados como católicos y yo he estado yendo a misa durante 25 años, por lo que tomar la comunión me pareció estar en mi lugar natural", dice. El hombre que gobernó el Reino Unido durante diez años (1997-2007) y llevó a los laboristas a tres mayorías absolutas consecutivas (1997, 2001 y 2005) después de 18 años en la oposición no se atrevió a romper uno de los grandes tabúes de la política de este país: que un católico ocupe la instancia más alta de Gobierno. En este sentido, Blair niega las especulaciones que siempre han existido acerca de que si no se convirtió antes fue para no arruinar su carrera política y su deseo de ser primer ministro. Preguntado en la entrevista por qué no se convirtió antes, contesta que "quizás estaba en una etapa diferente de mi propio desarrollo" y añade: "espero que no estemos en una situación en la que no pudiéramos tener a un católico romano como primer ministro". En su opinión, la fe religiosa "no supone ninguna diferencia para la gente desde un punto de vista político", pero a continuación admite que cuando era primer ministro se censuró a sí mismo a la hora de tratar la cuestión de la religión cara al público. El temor del ex primer ministro era ser visto por los ciudadanos como "un loco de remate", según la propia expresión de Blair, quien explica que "me volví muy sensible o muy precavido sobre este tema para llegar a la conclusión final de que si empezaba a hablar sobre religión iba a ser un tema difícil de abordar" También asegura que convertirse a la fe católica no implicó renunciar a lo aprendido de la Iglesia de Inglaterra, porque "no hay una gran disputa doctrinal" con la Iglesia Católica, y concluye que, en última instancia, fue "una decisión muy personal". Desde que dejó el cargo hace casi dos años, el ex líder laborista ha creado la Fundación para la Fe Tony Blair, cuyo objetivo es incrementar el entendimiento religioso ecuménico, convencido, dice en la entrevista, de que "entendiendo la fe del otro, aprendes a respetar, y no sólo a tolerar, al otro".