(VIS) "Desde siempre -continuó-, la Iglesia subraya que los derechos fundamentales, más allá de sus diferentes formulaciones y del distinto peso que pueden tener en el ámbito de las culturas, son un dato universal, pues forman parte de la misma naturaleza del hombre. La ley natural, escrita por el Creador en la conciencia humana, es un denominador común a todos los hombres y a todos los pueblos; es una guía universal que todos pueden conocer y en virtud de la cual todos pueden comprenderse". Benedicto XVI subrayó que "los derechos del hombre están fundamentados en última instancia en Dios creador, que ha dado a cada uno la inteligencia y la libertad. Si se prescinde de esta sólida base ética, los derechos humanos se debilitan, pues pierden su fundamento sólido". El Papa afirmó que la celebración del sexagésimo aniversario de la Declaración “es una oportunidad para verificar hasta qué punto los ideales, aceptados por la mayor parte de la comunidad de las naciones en 1948, son hoy respetados en las diferentes legislaciones nacionales, y más aún, en la conciencia de los individuos y de las colectividades". "Indudablemente ya se ha recorrido un largo camino, pero todavía queda mucho por hacer: los derechos a la vida, a la libertad y a la seguridad de centenares de millones de hermanos y hermanas nuestros siguen amenazados; no siempre se respeta la igualdad entre todos, ni la dignidad de cada uno, mientras se levantan nuevas barreras por motivos ligados a la raza, a la religión, a las opiniones políticas y a otras convicciones". El Santo Padre concluyó pidiendo que “no cese el compromiso común por promover y definir mejor los derechos del hombre y que se intensifique el esfuerzo por garantizar su respeto".