(ACI) Monseñor Fisichella también indicó que "quien se confía al deseo de la muerte abre las puertas al arbitrio y mina los fundamentos de la vida social y civil". El Presidente de la Pontificia Academia para la Vida dijo además que todo parlamentario católico "en conciencia recta debe oponerse con su voto a una ley que sostiene la legitimidad de la eutanasia. La libertad del parlamentario afecta al bien común cuando su opción política se funda en un terreno relativista que confunde como lícitas todas las posiciones en nombre de la libertad individual". Tras explicar que ninguna institución parlamentaria puede esconderse detrás de falacias cuando está llamada a legislar sobre el inicio de la vida y su fin, el Arzobispo explicó que toda vida deber ser defendida y que "el principio de autodeterminación, que con frecuencia algunos invocan, está comprendido en su justa interpretación". Eso, precisó, "puede siempre ser solamente un acto con el que se elige la vida, nunca la muerte. Contrariamente estaríamos en presencia de una elección arbitraria que no tiene nada que ver con la libertad".