(Álex Navajas/La Razón)El purpurado se convierte así en un nuevo miembro del «gobierno» del Papa, y ocupará uno de los dicasterios de más peso en el Vaticano, ya que su función es "fomentar y tutelar la disciplina de los sacramentos, especialmente en lo referente a su celebración válida y lícita", según reconoce la constitución apostólica «Pastor Bonus». Sacramentos El Santo Padre ha mostrado desde el inicio de su pontificado una especial preocupación por la correcta celebración de los sacramentos -instando, por ejemplo, a la comunión de rodillas y en la boca- y, con la elección del cardenal Cañizares, pone a un hombre de su máxima confianza al frente de la congregación. El Primado de España subrayó ayer, en una carta, su deseo de "ayudar al Santo Padre , inseparablemente unido a él y en comunión inquebrantable con su persona», a que «la humanidad entera ofrezca a Dios el verdadero culto en espíritu y verdad". El cardenal, de 63 años, agradeció a los que han sido sus feligreses durante los últimos seis años su "gran sentido de Iglesia". "A todos me gustaría agradecer y pedir perdón; por todos quiero orar», subrayó. El nuevo miembro de la curia les exhortó también a «no cansarse de conocer a Dios ni de proclamarle, de adorarle en espíritu y verdad". El cardenal Cañizares afirmó que durante su estancia en Toledo, "no he querido otra cosa que vivir en Cristo, conocer a Cristo, proclamar a Cristo, amaros a todos, orar por todos". El Primado comenzará a desempeñar su labor en Roma este mismo jueves, aunque proseguirá su labor en Toledo hasta que se nombre un nuevo arzobispo para la sede primada de España. En el Vaticano sustituirá al cardenal Francis Arinze, de 76 años, quien presentó su renuncia por motivos de edad. Una vida entregada Antonio Cañizares Llovera nació en Utiel (Valencia) el 15 de octubre de 1945. Cursó los estudios eclesiásiticos en el seminario diocesano de Valencia y en la Universidad Pontificia de Salamanca, en la que obtuvó el doctorado en Teología. Se ordenó sacerdote en 1970. Dedicó la mayor parte de su vida a la docencia en la Universidad de Salamanca y en el seminario de Madrid. En 1992 fue nombrado obispo de Ávila, arzobispo de Granada en 1997 y arzobispo de Toledo en 2002. En 2006 es creado cardenal y miembro de la Congregración para la Doctrina de la Fe y es el vicepresidente de la Conferencia Episcopal.