(Zenit) Pera fue presidente del senado italiano entre los años 2001 y 2006. Ha escrito varios libros, entre ellos una aproximación al pensamiento de Popper o un ensayo sobre el método inductivo en Kant y Hume-. En el año 2004 publicó el libro “Sin raíces”, con la colaboración del entonces cardenal Joseph Ratzinger. En este se analizaban algunos de los males que más aquejan a Europa. El autor subrayó que su nueva publicación “no es polémica sino crítica”, y aseguró que “si la identidad europea no tiene una connotación precisa, se convierte en una suma multicultural distinta”. “Es la raíz cristiana de Europa la que puede unir estos elementos”, añadió. Varios eventos ocurridos de la historia reciente, confesó Pera, son los que lo han llevado a estas conclusiones: “El fundamentalismo, el 11 de septiembre, los problemas de integración, los problemas de la ética publica o de la bioética”. Problemas que llevan a que el hombre “se pregunte por su existencia, por su existencia, por el sentido de su vida”. Para el ex presidente del Senado, es necesario “ponerse el problema de quienes somos, en qué creemos, cuál es nuestra identidad”, de lo contrario “no sabremos cómo afrontar estos problemas, no sabremos siquiera qué enseñar”. El autor se refirió a un encuentro reciente que tuvo con el Papa Benedicto XVI. Pera aseguró que el Papa no le preguntó si creía en Dios pero que en cambio le preguntó: “¿cómo justificas tú laico, tú liberal, tú europeo occidental los principios y los valores que consideras fundamentales? ¿Cómo estás dispuesto a justificarlos y a confrontarlos con los otros?” Según el autor, el Papa le preguntó “cuál es el terreno sobre el cual creyentes y laicos pueden encontrarse para salvaguardar estos principios y valores sin los cuales están de acuerdo en que no existiría la civilización occidental”. Pera señaló que el concepto de persona “creada a imagen de Dios” que tiene el cristianismo “no lo tienen otras culturas”, y aseguró que este existe “antes de que intervenga el Estado, antes de que la política nos garantice que los derechos sean los derechos naturales fundamentales”. “Si se prescinde de estos principios cristianos habremos eliminado nuestro legado constitucional”, afirmó, y añadió que “lamentablemente el liberalismo ha perdido su esencia al convertirse una ética del supermercado”. También señaló que Europa “ha querido desterrar a Dios de tal manera que la promesa de un candidato es decir Yo soy laico” mientras que en Estados Unidos “la promesa de un candidato es decir Yo soy creyente”. Por último afirmó que en un continente de tanta diversidad cultural, como es Europa, es necesario encontrar un patrimonio común que diga “Esta es Europa”.