(Zenit/ReL) "Un mercado controlado sólo por la regulación, pronto o tarde sucumbirá a su inherente inclinación al beneficio a cualquier coste", dijo el prelado a los servidores civiles que les escuchaban. Monseñor Nichols aseguró que "la motivación del beneficio es crucial, y la responsabilidad de los inversores es un factor de equilibrio significativo, a la hora de asumir riesgos. Pero lo que hemos visto es que, abandonado a sí mismo, el mercado financiero no tiene un marco externo de referencia robusto, ni siquiera en el ámbito económico. El mercado financiero se ha comportado como si existiera sólo para sí mismo, dentro de sí mismo y para provecho de quienes forman parte de él".? El arzobispo Nichols habló de la necesidad del mercado de "la perspectiva y práctica de la verdadera virtud, que construye confianza y, sin la cual, cada empresa humana es inestable". El prelado invocó la bendición de Dios sobre los presentes en la misa y sobre todos los servidores públicos. "Aquí no encontraremos soluciones financieras o comerciales -reconoció-, pero podemos evaluar nuestra situación a la luz de la verdad sobre nuestra naturaleza humana". ??El arzobispo Nichols subrayó la necesidad de la sociedad de alcanzar una verdadera "perspectiva y práctica de la auténtica virtud". "Como sociedad, hemos descuidado el desarrollo de valores éticos compartidos y principios que guíen y conformen nuestra conducta, creyendo que es un objetivo inalcanzable, y lo hemos sustituido por una continua catarata de regulaciones económicas". "Una familia o sociedad que es incapaz de mostrar piedad hacia los débiles y vulnerables, está muerta por dentro --concluyó el arzobispo--. La aplicación salvaje de regulaciones presiona nuestras vidas, pero sólo podemos ser rescatados o de la crisis si llevamos vidas de auténtica virtud y sobre todo si somos guiados por la misericordia, la más preciosa cualidad de Dios".??