(Agencias/La Razón) El "postulador" de la beatificación, el sacerdote español Félix Lizaso Barruete, de la misma orden, aseguró a Efe que la devoción y veneración por Olallo "van a crecer mucho más" y que beatificarlo es "un reconocimiento completo por parte de la Iglesia y de la sociedad cubanas". "Es un hermano de San Juan de Dios que vivió su vocación y consagración en un grado verdaderamente heroico, a quien los teólogos han aplicado unos conceptos muy laudatarios. Él vivió muy dedicado a ancianos, pobres y enfermos", dijo Lizaso, que promueve el caso desde 1989. "Vivió desde la edad de 15 años en Camagüey y es típicamente cubano", afirma el "postulador". Agregó que un milagro en 1999, en favor de la niña Daniela Cabrera Ramos, fue reconocido por el Papa Benedicto XVI el pasado 15 de marzo (para ser santo, la iglesia tiene que convencerse de al menos uno más). Lizaso asegura que ahora "Danielita se ve curada" del linfoma que le habían diagnosticado cuando sólo tenía tres años y que se complicó con una insuficiencia renal aguda. La iglesia católica atribuye el supuesto milagro a las oraciones y rezos que por su salud elevaron a Olallo, familiares, vecinos y fieles de su comunidad. La misa de beatificación estará presidida por el prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, cardenal José Saraiva Martins, enviado de Benedicto XVI, informaron a Efe fuentes religiosas. El Papa manifestó recientemente su deseo de que "el ejemplo y la intercesión del nuevo beato ayude a la Iglesia en su misión evangelizadora, y conceda una renovada vitalidad apostólica a todos los cubanos que se glorifican de ser discípulos y misioneros de Jesucristo". En un reciente mensaje a los obispos de la isla, instó a los "que tienen el delicado servicio de promover el bien común" a hacerlo con "espíritu de justicia", para favorecer la "convivencia fraterna" entre los cubanos. Durante la ceremonia estarán presentes los restos de Olallo y tras la misa serán devueltos a la iglesia de San Juan de Dios, donde han permanecido desde 2004, cuando fueron exhumados del cementerio de Camagüey. Nacido en La Habana el 12 de febrero de 1820, Olallo no conoció a sus padres. Fue abandonado a las puertas de un hospicio en el que fue educado por monjas de la congregación de Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul, según sus biógrafos. Desde la adolescencia mostró su vocación de cuidar a enfermos y necesitados, lo que le impulsó a incorporarse en 1835 a la orden de San Juan de Dios, que lo destinó ese mismo año al hospital de la entonces llamada villa de Puerto Príncipe, hoy Camagüey. Olallo es el segundo beato cubano después de José López Piteira, reconocido en 2007 junto con 497 españoles considerados "mártires" tras ser asesinados durante la Guerra Civil española y los años anteriores, entre 1934 y 1939. La beatificación de López se celebró en la plaza de San Pedro, en Roma.