(Pablo J. Ginés/ReL) Su álbum, publicado en Europa y Estados Unidos, llega después de muchos años de carrera musical en el Irish College de Roma y el Conservatorio de Santa Cecilia. El disco lo han grabado con el coro de la Academia Filarmónico de Roma, dirigido por monseñor Pablo Colino. Se sienten especialmente bien cantando en un templo. Cuando cantaron en Los Jerónimos de Madrid no cabía nadie más. Mucha gente miraba desde la puerta con continuos aplausos y gritos de "bravo, bravo". Pero donde de verdad evangelizan es en Internet. La gente visita sus vídeos en YouTube (uno de ellos ya tiene 330.000 visitas) y allí se debate sobre espiritualidad. -Ustedes han grabado el disco en Sony, la responsable cinematográfica de "El Código Da Vinci". ¿No habría sido mejor acudir a una distribuidora católica? -P. Eugene: Nosotros no buscamos una discográfica. Fue Mike Hedges quien nos encontró. Se educó en Zambia, África, con los jesuitas. Durante años soñó con grabar una misa cantada en latín por un cura. Nos encontró, cambió el proyecto y ahora tiene tres voces. Quizá nuestro disco sea un contrapeso a "El Código Da Vinci", un libro y una película llenos de imprecisiones. A lo mejor a ese público le interesa nuestro CD. -¿Es moralmente lícito piratear este disco, como una forma de protesta contra Sony por su película anticatólica? -P. Martin: Hay leyes contra eso, y lo moral es seguir la ley. Además, esta música la ha compuesto gente que cree apasionadamente en su contenido. Puede ayudar a los que ya tienen fe, y también a los que se acercan sin ella. Sería imprudente socavar un proyecto que puede ayudar a tanta gente. -¿Sirve a Dios toda la música clásica? ¿Qué piensan del «Requiem» de Mozart, que era masón? -P. Eugene: Al Papa le gusta Mozart, lo toca al piano. Mozart tiene obras litúrgicas, como la Misa para la Coronación. -P. David: Hay música clásica inspirada por el Evangelio, o por la fe del artista, o para usarse directamente en liturgia. También hay música que sirve a Dios y no es clásica ni litúrgica: el «gospel», el «praise and worship»... ¿Por qué no usar los diversos estilos para ofrecer paz y consuelo a la gente? -P. Martin: Vivaldi era sacerdote. Haydn y Bach componían para Dios. La música toda los corazones, incluso de ese «cristiano anónimo que no conoce el Evangelio», como los llama Karl Rahner. -¿Cómo saben que cantan para Dios y no por vanidad? -P. David: Nuestro entrenamiento sacerdotal nos ayuda a purificar nuestras intenciones. Intentamos ser coherentes y dar gloria a Dios.