(ACI) Para monseñor Quinteiro, el "gran problema de la sociedad actual, sin darnos cuenta o dándonos cuenta, es que estamos entrando en una dinámica donde se rompe la consistencia de las creencias. Y no se puede entender el ser humano sin ellas. Toda persona tiene siempre algo que va más allá de lo inmediato". El Obispo de Orense precisó además que "la fe, puesto que trasciende los límites de la razón, no es racional en su dimensión última, pero sí es razonada. Se erige desde los pies de una vida que busca razones. Y en el camino de la prolongación de la razón se sitúa la fe. Cuando la razón agota sus posibilidades, se abre el camino a la fe". Al hablar luego de la laicidad, el Prelado subrayó que ésta es "una dimensión de la vida, que, sobre todo a partir de la Ilustración, ha tomado características del laicismo. Y yo creo que debemos recuperar la sana laicidad, que es una actitud positiva. No se trata de una moda, sino de un imperativo de los tiempos que vivimos". Seguidamente destacó que la política no es "el opio de la religión" y expresó que la primera es una cosa distinta a "los juegos concretos de la cosa pública, pero resulta inevitable. Puesto que esa vida es costosa, dura y difícil, mucha gente le tira piedras en lugar de implicarse en ella". El Prelado español también se refirió al "bebé medicamento" nacido recientemente y resaltó que "una persona tiene sentido desde sí misma. Es absoluta en sí misma. Podemos ayudarnos unos a otros, constituirnos en apoyo para los demás. Sin embargo, no se puede generar una vida en función de una utilidad, aunque sea tan humana y fantástica como la devolución de la salud a otra persona".