(Pablo Ginés/La Razón) -Habrá lectores de su libro que quieran más historias de exorcismos reales... -Pues la primera versión que escribí sólo trataba el tema en una página. El borrador original se llamaba “Entre libros y demonios”. Es un libro para conocer la vida real de un sacerdote. -¿Como el “Diario de un cura rural”, de Bernanos? -Lo leí hace doce años y se nota que su autor ni es cura ni ha vivido en una parroquia. He intentado hacer un libro veraz. El tema demoníaco puede gustar más o menos, pero es parte de mi realidad como sacerdote. -¿En demonología y exorcística todo está ya descubierto? -Al contrario, es una rama de la teología con grandes avances. Antes un exorcista veía dos o tres casos en toda su vida y casi nunca dejaba algo escrito. En cambio, con los nuevos medios de transporte y comunicación, a mí me viene mucha gente y de toda España. Hoy un exorcista acumula mucha experiencia y lo comparte con colegas. Estamos descubriendo cosas muy interesantes y profundas para la teología, cosas de las que apenas había rastros en los libros antiguos y que hoy debatimos entre exorcistas. No son temas para el gran público. -¿Qué recomendaría a un obispo que quiera nombrar un exorcista? -Que busque una persona equilibrada, que no se obsesione, que tenga una vida pastoral normal, feligreses y aficiones. A mí me gustan los libros, la caligrafía, el cine, tengo un blog en Internet... -¿Qué realidades de la Iglesia se toman más en serio estos temas? -Es paradójico, pero los “progres”, que al principio eran los que menos se lo creían, ahora me invitan a más charlas y actos que muchos “conservadores”, que creen en lo demoníaco pero les gusta poco que se hable de ello. -¿Cómo prevenir lo demoníaco? -Hay que evitar las ouijas, el espiritismo, la santería afrocubana, la magia. No existe la magia blanca, toda es mala. Los conjuros, los ritos de invocación de Nueva Era... son formas de abrir puertas a lo demoníaco. Aunque muy pocos queden poseídos, muchas personas con influencias malignas las adquirieron así. -¿Cuál es la prueba de que hay posesión? -Vemos que el espíritu mueve un cuerpo, que habla a través de él, hay gritos, convulsiones. Y sin embargo, después de rezar por ella, la persona se cura. Un problema psicológico, físico, no se curaría así. A mí me convencen los muchos casos de personas que he visto cómo quedaban liberadas.