(LD/Agencias) "Lo más lamentable es que estos desgraciados sucesos transcurran delante de los ojos impasibles de aquellos que han recibido el mandato de mantener la paz y proteger a la población civil", subrayan los obispos, en alusión a la MONUC, que cuenta con 17.000 soldados y es la mayor misión de paz de la ONU en el mundo. La nota pide a la comunidad internacional que se implique en hacer posible el respeto al derecho internacional y resalta la necesidad de una fuerza de pacificación y estabilización a la RDC, a cuya población insta a que no permita la "balcanización del país". "Un verdadero drama humanitario se está produciendo en el Norte Kivu, donde se han reanudado unos enfrentamientos a gran escala a finales de agosto entre el Ejército gubernamental y los rebeldes liderados por Laurent Nkunda", lamentan los obispos. Denuncian, finalmente, "la crueldad y excepcional virulencia de los ataques a la población civil, que no aspira nada más que a una vida tranquila". Más de 250.000 personas se han visto desplazadas de su hogares en el este del Congo desde que en agosto pasado se reanudaron las hostilidades entre los rebeldes tutsis congoleños y las tropas del Gobierno de Kinshasa, que preside Joseph Kabila. La ONU y las organizaciones humanitarias han recalcado desde hace dos semanas la necesidad de abrir corredores humanitarios para poder atender a más de 100.000 de estos desplazados, que han estado prácticamente aislados en territorio dominado por los rebeldes y sin recibir ayuda.