(Álex Navajas/La Razón) Es, además, el objetivo que se han marcado los obispos españoles ante la jornada de la Iglesia Diocesana que se celebra el próximo domingo. El arzobispo de Burgos, monseñor Francisco Gil Hellín, ha recordado en una carta pastoral que, “desde hace más de un año, el sostenimiento de la Iglesia católica depende exclusivamente de los católicos, pues ha desaparecido la partida asignada a la misma en los presupuestos del Estado”. El prelado constata, además, que, “ante este nuevo marco económico, los católicos españoles -y quienes, sin serlo, valoran la acción de la Iglesia-, están respondiendo con generosidad a su llamada”. El Estado elevó, en diciembre de 2006 y con carácter indefinido, el porcentaje de la asignación tributaria, que pasa del 0,5239 al 0,7 por ciento. Pero, pese al aumento, la Iglesia se enfrenta a un reto: la supresión del complemento presupuestario, es decir, que la Iglesia deja de recibir cantidades con cargo a los presupuestos Generales del Estado para su sostenimiento básico. La generosidad de los católicos se pondrá, pues, a prueba este domingo.