Su figura Pocos hombres han marcado tanto una época como Karol Wojtyla, que fue Obispo de Roma y Vicario de Cristo bajo el nombre de Juan Pablo II. Llevó el timón de la Iglesia Católica durante más de un cuarto de siglo, situándola a los pies del tercer milenio de la era cristiana. Nunca un Papa había viajado tanto, ni había sido visto por tantos fieles, ni había bendecido con sus manos a tantos seres humanos. Su carisma desbordó los límites del catolicismo e incluso los del ámbito religioso. Su influencia fue decisiva en la derrota del comunismo soviético que tenía secuestrada a media Europa y amenazaba con conquistar toda Latinoamérica vía Teología de la Liberación. Sus colaboradores más cercanos El español Joaquín Navarro-Valls, director de la sala de prensa de la Sede Apostólica durante más de veinte años y amigo personal del Pontífice, ha recordado que "en el momento de su muerte, en su habitación, entre las personas presentes no se hicieron oraciones de las tradicionales para muertos, sino que se rezó espontáneamente un himno de agradecimiento, el Te Deum". El cardenal de Cracovia, Stanislaw Dziwisz, que fue su secretario personal durante todo el pontificado, escribe en un artículo: "Él no nos ha dejado, sentimos su presencia y también todas las gracias obtenidas a través suyo.". Y el Papa Benedicto XVI, que fue la mano derecha de Juan Pablo II durante su pontificado, ha traído a la memoria una de las frases que el anterior Pontífice pronunción antes de partir hacia la Casa del Padre: "Más allá de la misericordia de Dios no hay ninguna otra fuente de esperanza para los seres humanos". Misa Hoy, a las 10:30 de la mañana, tendrá lugar en Roma la Misa por el III Aniversario de la muerte del Siervo de Dios Juan Pablo II. Será presidida por Su Santidad Benedicto XVI. Se espera una asistencia masiva de los fieles que en estos días han visitado la tumba del último de los Papas que ha pasado a la historia con el apelativo de Magno.