(RV) En el mensaje se lee este apremiante llamamiento: “hagamos todo lo posible para promover la sacralidad de la vida humana, el bien de los pobres y de los débiles en medio de nosotros y para colaborar, por medio del diálogo, para que sea respetada la dignidad de cada ser humano. Sin distinción de raza o casta, credo o clase. Hindúes y cristianos, sobre todo en la presente situación, dejémonos vencer por el amor sin reservas, con la convicción de que la no violencia es el único camino para construir una sociedad global más compasiva, más justa y más atenta a los necesitados ¡Es nuestra esperanza y nuestra oración!” “Al tiempo que se acusa a menudo a las religiones de ser responsables de los males de la sociedad, nosotros sabemos que es más bien la instrumentalización de la religión la que, contrariamente a sus convicciones fundamentales, se utiliza para perpetrar tantas formas de violencia”, señala el mensaje firmado por el presidente y secretario del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso, cardenal Tauran y Mons. Celata, respectivamente. “En el mundo hay demasiada violencia, demasiada injusticia y, por tanto, sólo se puede superar esta situación contraponiendo un plus de amor, un plus de bondad. Este ‘plus’ viene de Dios: es su misericordia... es la única que puede ‘desequilibrar’ el mundo del mal hacia el bien, a partir del pequeño y decisivo ‘mundo’ que es el corazón del hombre”. Recordando estas palabras de Benedicto XVI sobre la no violencia vivida y predicada por Cristo (Ángelus, 18 de febrero de 2007), el mensaje hace hincapié en que “para los cristianos, en el Discurso de las Bienaventuranzas, Jesús exhorta a sus discípulos a amar a sus propios enemigos, a rezar por quienes les odian, a hacer el bien a aquellos que les maltratan, a recorrer una parte más del camino junto con el que les obstaculiza” (cfr. Mt.). Tras destacar que “en la tradición hindú, la no violencia es una de las enseñanzas más importantes” y que “el Mahatma Gandhi, padre la nación india, es respetado y goza de profunda consideración en todo el mundo, por parte de personas de distintas generaciones, debido a su total dedición al servicio de la humanidad”, el mensaje recuerda que en “su lucha por la libertad, él se dio cuenta de que aplicando el principio de ‘ojo por ojo’, todo el mundo se queda ciego”. Gandhi - que “en toda su vida desarrolló, entre otros, el concepto de Ahimsa, es decir: no violencia” - “es un modelo de esa misma no violencia, de la que fue guía con su ejemplo, hasta sacrificar su propia vida por rehusarse a empeñarse en la violencia”, subraya el mensaje, recordando también que - como ha dicho el Papa – “la no violencia no es un mero comportamiento táctico, sino más bien un modo de ser de la persona, la actitud de quien está tan convencido del amor de Dios y de su poder, que no tiene miedo de afrontar el mal únicamente con las armas del amor y de la verdad. El amor a los enemigos es la revolución del amor, un amor que fundamentalmente no depende de las capacidades humanas, sino que es don de Dios”. “También tantas otras religiones impulsan la no violencia - que es central en nuestras creencias – como forma de promover la verdad, la luz, el respeto recíproco, la libertad y la armonía”, recuerda el luego mensaje y exhorta: “como líderes religiosos, llamados a afirmar la verdad que se encuentra en nuestras respectivas religiones, esmerémonos por alentar la no violencia entre nuestros seguidores y por sostenerla en sus acciones”. Las felicitaciones a los queridos amigos hindúes terminan renovando, una vez más, los mejores deseos de paz y alegría, en esta celebración del don de la Luz que ilumina cada corazón.