(ACI) Tras precisar que se trata de un ser humano inocente, el Purpurado cuestiona al lector sobre el deber de las autoridades en una sociedad civilizada de proteger a este ser humano frente a quien quiera matarlo. A partir de este razonamiento, sostiene el Arzobispo, "no hay mucho más que decir sobre la cuestión del aborto en nuestra sociedad. Es un error, y no puede –ni debe– ser tolerado". Para el Cardenal Egan, si alguien está convencido de que en esta imagen hay un mero grupo de tejidos, esa persona tiene un problema que va más allá de reconocer la maldad del aborto. El Arzobispo recordó que "Hitler se convenció y persuadió a sus seguidores para considerar que los judíos y los homosexuales no eran seres humanos. Joseph Stalin hizo lo mismo con los cosacos y los aristócratas rusos. Y esto a pesar de que (ambos) veían con sus propios ojos a judíos y homosexuales". "Es tiempo de dejar de actuar como si no supiéramos lo que permite y apoya nuestra nación, con el asesinato anual de más de 1,6 millones de seres humanos inocentes en el vientre de su madre. Sabemos muy bien que matar a quien claramente es visto como un ser humano inocente o a quien no se le puede probar ser otra cosa que un ser humano inocente, es tan malo como malo puede ser", explicó el Purpurado. "Hazme un favor. Mira la fotografía de nuevo. Mira y decide con honestidad y decencia lo que el Señor espera de ti y de mí, mientras el horror del aborto ‘legalizado’ sigue erosionando el honor de nuestra nación. Mira, y no te absuelvas a ti mismo si te niegas a actuar", concluyó.