(Agencias/La Razón) Durante su intervención bajo los impresionantes frescos de Miguel Angel, Bartolomé I lanzó un llamamiento a un empeño común de todos los cristianos y creyentes contra la pobreza, el racismo y el fundamentalismo. "Como discípulos de Dios, ahora más que nunca tenemos el imperativo de ofrecer perspectivas para erradicar la pobreza, promover el equilibrio del mundo global y combatir el fundamentalismo y el racismo, y promover la tolerancia religiosa en un mundo lleno de conflictos", dijo Bartolomé I. Bartolomé I, que ha definido su intervención en el Sínodo como un "evento histórico", expresó su deseo de llegar algún día a la "plena unidad" entre católicos y ortodoxos, superando las actuales diferencias. Por su parte, Benedicto XVI expresó su gran afecto y gratitud al patriarca de Constantinopla y añadió que hoy se vivió "una experiencia de comunión verdadera". La Iglesia católica romana y la ortodoxa se dividieron tras el llamado cisma de Oriente en 1054.