(Agencias/ReL) El prelado español manifestó que en la preparación de la homilía es oportuno que el predicador se haga tres preguntas: ¿Qué dicen las lecturas que van a ser proclamadas durante la celebración?, ¿Qué me dicen personalmente a mí? y ¿Qué debo comunicar a los participantes en la Eucaristía?. Sin convertir las homilía en catequesis, deben tener un contenido doctrinal claro y vigoroso, afirmó Blázquez ante 242 padres sinodales presentes, de los 253 que asisten al Sínodo, que tiene como lema La palabra de Dios en la vida y en la misión de la Iglesia. El obispo de Bilbao señaló que el primer destinatario de la homilía es el propio celebrante, que no se trata de unas palabras dirigidas a otros y desde luego no es una palabra lanzada contra otros. Blazquez agregó que la homilía debe ayudar a los oyentes a interpretar la historia a la luz de la muerte y resurrección de Jesús. La homilía es un eco de la predicación de Jesús en la Sinagoga de Nazaret. En esta jornada también intervino el cardenal de Chicago (EEUU), Francis George, quien puso el acento en el desconocimiento de la Biblia, afirmando que cada vez son más los fieles que no entienden las imágenes de los Libros Sagrados. George manifestó que muchos han perdido la imagen de Dios como actor en la historia, que el hombre encuentra poca coherencia en los libros de la Biblia y que por ello es necesario un redescubrimiento de esas imágenes. El obispo de Farafangana, en Madagascar, Benjamin Marc Ramoroson, manifestó, al contrario, que aunque una gran parte de su población es analfabeta, entienden perfectamente las imágenes de la Biblia y basta verlas para saber lo que quiere el sacerdote decirles. Florentin Crihalmeanu, obispo de Cluj Gherla (Rumania), precisó que la rica tradición iconográfica oriental constituyen una ayuda a la Lectio Divina (lecturas de los libros sagrados) cuando se trata de personas que no saben leer o son niños. El cardenal Angelo Sodano, decano del Colegio Cardenalicio, precisó en los cinco minutos de tiempo que tiene cada padre sinodal para exponer sus puntos de vistas el concepto de Palabra de Dios, que dijo no está limitada a la escrita, contenida en la Biblia, sino que incluye también la Palabra oral, contenida en la Tradición de la Iglesia. El arzobispo de Kinshasa, Lauren Monsengwo Pasinya, habló de la interpretación de las Sagradas Escrituras y las sectas, señalando que una interpretación al pie de la letra llevar al fundamentalismo. A este respecto, el obispo auxiliar de Manila, Broderick Pabillo, dijo que la Biblia se comprende por la Palabra, y Carlos Alfonso Azpiroz Costa, maestro general de los Frailes Predicadores, dijo que las Sagradas Escrituras exigen una profundización en la cultura y en los géneros literarios en que fue expresada, por lo que hay que evitar caer en una interpretación fundamentalista o en un relativismo. El arzobispo de Albi (Francia) denunció que demasiados católicos no han leído la Biblia, en lo que coincidió con el obispo de Choisca (Perú), Norbert Klemens Strotmann Hoppe, que habló en alemán y dijo que es muy bajo el número de católicos latinoamericanos que la han leído. El cardenal de París, Andre Vingt Trois, abogó para que los exégetas y teólogos escruten juntos los textos sagrados, para evitar confusión y el purpurado Peter Erdo, arzobispo de Budapest, que acusó a algunas publicaciones más sensacionalistas que científicas de confundir a los fieles, que ya no saben qué valor dar a un escrito apócrifo, como por ejemplo el Evangelio de Judas, de ahí -precisó- la necesidad de una justa interpretación de la palabra de Dios. Al igual que ayer, el Papa presidió hoy la sesión, durante la cual le regalaron una Biblia realizada expresamente para el Sínodo, escrita en hebreo, griego, latín, español e inglés.