(Agencias/ReL) "El no de la Santa Sede suele ser suave pero inflexible. Excluyen candidatos divorciados y vueltos a casar, así como activistas homosexuales", escribió Marco Politi, experto en asuntos del Vaticano del diario italiano La Repubblica. El "no" del Vaticano nunca suele ser oficial y directo, sino que simplemente se limita a no otorgar el plácet, es decir el beneplácito de la cancillería vaticana, por lo que el candidato no puede posesionarse. Esa fue la razón por la que Argentina no contó con un embajador por nueve meses y tan sólo el viernes pasado obtuvo la aprobación de la Santa Sede para el nombramiento de Juan Pablo Cafiero, con lo que se cerraba el delicado conflicto. La candidatura del ex ministro de Justicia Alberto Iribarne, casado por lo civil en segundas nupcias, no satisfacía a la Iglesia católica. Con la renuncia de Iribarne en agosto pasado a ser embajador, la cual presentó a través de una carta enviada a la presidenta Cristina Kirchner en la que justificó su decisión por la demora en otorgarle el plácet y la aprobación del nuevo candidato Cafiero, el conflicto se dio por terminado. Si bien muchos atribuyeron las fricciones con el Vaticano a la política inexperta de los Kirchner, un caso similar ha tenido lugar con Francia. El veto del Vaticano a los candidatos franceses ha generado todo tipo de comentarios en la prensa francesa e italiana que cubre los temas religiosos. "Se busca embajador", titularon varios diarios al referirse a los numerosos candidatos de Francia al prestigioso cargo que no reunían las condiciones. Por casi un año no hubo embajador de Francia, un hecho sin precedentes en la historia reciente. El último candidato propuesto por el gobierno del país galo era el actual secretario general adjunto de la Cancillería francesa Jean-Loup Kuhn-Delforge, conocido activista gay que ha llegado a añadir a su apellido el del hombre con quien convive. Tan sólo este lunes fuentes diplomáticas en Roma confirmaron que se había llegado a un acuerdo sobre la designación del embajador de Francia en Rusia, Stanislas Lefebvre de Laboulaye, quien será el nuevo representante ante el Vaticano.