Los Duggar están de enhorabuena. Todos están contentos porque el próximo mes de marzo tendrán un nuevo hermano. La cirscunstancia no hubiera saltado a los medios de comunicación de EEUU, si no fuera por que se trata del decimonoveno vástago que van a traer al mundo Michelle y Jim Bob, que es como se llaman los padres. Bob se encuentra un tanto «cansado», aunque no lo dice de forma negativa: «siempre me digo a mí mismo que es un buen síntoma porque significa que están pasando buenas cosas». Por que un nuevo hijo, siempre es una buena cosa.

Los Duggar, que ya han sido objeto de numerosos reportajes en la televisión norteamericana, ahora afrontan el reto de protagonizar un «reallity show» titulado «18 hijos y sumando» en el canal TLC. Además, del anuncio del nuevo hermano, hay más motivos de alegría en casa de los Duggar. El hijo mayor, Josh, recientemente casado con su esposa Anna, también ha comunnicado que espera su primer hijo.

Como quien recoge gatos en la calle

Pero no todo es alegría y felicidad. Cuando la noticia del decimonoveno embarazo de Michelle saltó al diario digital de izquierdas Huffington Post, 10801 comentarios fueron publicados, casi todos en la misma línea. Se les acusaba de «egoístas», incluso llegando a asegurar que la extensa prole de los Duggar representa «peligro» social y que, en realidad, los padres «codiciosos y perezosos», estaban usando a los hijos mayores como «sirivientes gratuitos y padres de facto».

 Más allás de consideraciones más o menos espontáneas, entre los cientos de comentarios publicados, uno apuntaba incluso a que Michelle y Jim tendrían que «sentir pena de esos niños sin infancia ni futuro que pagan cada día por el enfermizo deseo de sus padres de coleccionar hijos como la loca de la calle que recoge gatos».