(EP) Salinas fue escogido administrador del obispado en pleno litigio con las obras de arte situadas en el museo de arte diocesano procedentes de las parroquias de la Franja de Ponent, que a mediados de los años 90 fueron integrados en un obispado de nueva creación, el de Barbastro-Monzón. Precisamente el litigio con Aragón por las obras de la Franja será uno de los temas pendientes que deberá afrontar el nuevo obispo en su mandato al frente de la Diócesis leridana. A primeros de julio, Salinas se comprometió a entregar en un plazo de 30 días al Obispado Barbastro-Monzón las obras de arte sacro que le reclama la diócesis aragonesa. No obstante, hasta la fecha las 88 obras de arte reclamadas por Aragón siguen en el Museo Diocesano de Lérida. El conflicto entre los dos obispados surgió en 1995 con la segregación de 111 parroquias de La Franja (Huesca) de la diócesis ilerdense y que se añadieron a la de Barbastro, que pasó a denominarse Barbastro-Monzón y comenzó a reclamar las obras al Obispado de Lleida. Todas las resoluciones de la Iglesia - la primera, en 1998 - han sido favorables a la diócesis aragonesa. El momento más complicado llegó en 2005, cuando la Congregación para los Obispos ordenó la devolución de las obras. El entonces obispo de Lérida, Francesc Xavier Ciuraneta, presentó un recurso de súplica en la Signatura Apostólica y a la vez pidió permiso a la Generalitat para devolver las obras. Obtuvo negativas en ambos casos.