Al final de la Audiencia General de este miércoles, el Papa Benedicto XVI ofreció su solidaridad y consuelo a un italiano cuya mujer asesinó a sus dos hijos pequeños y luego se suicidó.
El Papa se entrevistó en su residencia pontificia de Castel Gandolfo con Gabriele Militello, quien le compartió "el gran dolor que llevo en el corazón", desde que hace casi un año, en septiembre pasado, su mujer, Erika, asesinó a sus dos hijos, Alessio de seis años y Arianna de cuatro, y después se suicidó.
"He venido para pedir al Papa una oración y una palabra de serenidad que me ilumine en mi difícil camino", declaró Militello a L´Osservatore Romano. En el encuentro el hombre estaba acompañado por su tía, religiosa.
"Si no hubiera tenido fe, hoy ya no estaría aquí. Estoy tocando con la mano cómo el Señor me está dando la fuerza para seguir adelante y seguir viviendo", concluyó.