(ACI) El Santo Padre destacó la importancia de la cultura monástica occidental, cuyo objetivo era buscar a Dios. Precisó que esta búsqueda de Dios exige una cultura de la palabra y que la Sagrada Escritura, "teniendo en cuenta que se trata de una colección de textos literarios cuya redacción duró más de un milenio", precisa de la interpretación. "Sería fatal si la cultura europea de hoy llegase a entender la libertad solo como la falta total de vínculos y con esto favoreciese inevitablemente el fanatismo y la arbitrariedad. La falta de vínculos y arbitrariedad no son la libertad, sino su destrucción", indicó el Pontífice. Asimismo, se refirió al testimonio del Apóstol San Pablo, en este año dedicado a celebrar el 2000º aniversario de su nacimiento, y pidió a los hombres "dejarse encontrar por Dios", considerando que "nuestras ciudades ya no están llenas de altares e imágenes de múltiples divinidades. Para muchos, Dios se ha convertido realmente en el gran desconocido". Según el Papa, una cultura "meramente positivista que circunscriba al campo subjetivo como no científica la pregunta sobre Dios, sería la capitulación de la razón, la renuncia a sus posibilidades más elevadas y consiguientemente una ruina del humanismo, cuyas consecuencias no podrían ser más graves". En este sentido, precisó que la base de la cultura europea es la búsqueda de Dios y la disponibilidad para escucharle, que siguen "siendo aún hoy el fundamento de toda verdadera cultura". "Un Dios solo pensado e inventado no es un Dios. Si Él no se revela nosotros no llegamos hasta Él. La novedad del anuncio cristiano es la posibilidad de decir a todos los pueblos que Él se ha revelado, Él se ha mostrado. Pero esto no es un hecho ciego, sino un hecho que en sí mismo es Logos (razón). Por supuesto que hay que contar siempre con la humildad de la razón para poder acogerlo", indicó.