Es lo único en lo que coinciden el alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg (conocido por su ferviente apoyo a Israel) y el grupo palestino islamista Hamas. Ambos apoyan la construcción de la mezquita cerca de la ´zona cero´ de Nueva York, escenario de los atentados terroristas del 11-S.

Aunque por muy diferentes motivos, defienden la creación del recinto sagrado musulmán en el centro de la ciudad, cuyo proyecto ha creado una gran polémica dentro y fuera de EEUU.

En una entrevista a la emisora de radio WABC-AM, Mahmud Zahar, uno de los dirigentes más importantes de Hamas, ha entrado de lleno en el debate que reúne sentimientos, religión, política y derechos. "Llamo a los musulmanes de todo el mundo a construir mezquitas en todos los lugares posibles", declaró Zahar desde su Gaza natal.

Atacó a los que se oponen a la mezquita y afirmó: "Los musulmanes tenemos el mismo derecho que los judíos y cristianos para construir y poder rezar".

El senador demócrata de Nueva York, Chuck Schumer, presente en la entrevista radiofónica, fue contundente: "Los comentarios de Zahar no tienen ningún valor porque Hamas es un grupo terrorista". El republicano Peter King, que se opone a la mezquita, afirmó que "no merece respuesta".

Desde hoy, la Casa Córdoba en Manhatan tiene en Zahar un nuevo partidario. ´Un fichaje´ que seguramente no desean Bloomberg o el presidente Barack Obama, que ha dado su apoyo -posteriormente matizado- a la construcción de la mezquita.

En declaraciones recientes a un medio local, Zahar presumía que la Franja de Gaza -que Hamas controla con mano de hierro desde hace tres años- "es un ejemplo para el mundo ya que cada día hay más mezquitas y se vive con más profundidad y devoción según la ley islámica". Desde 2007, el Gobierno de Hamas, encabezado por Ismail Haniya, aplica leyes acordes a la sharia.

La última norma de Hamas que levantó polémica y titulares fue la prohibición a las mujeres de fumar las famosas pipas de agua, más conocidas como narguilas o shishas, en lugares públicos.