Así lo ha asegurado el cardenal Raffaele Farina, actual bibliotecario de la Santa Sede, en una entrevista a la revista "Inside the Vatican" que publica la italiana "Italia Oggi", en la que recordó una reunión que mantuvo con Ratzinger aquel año en la que el actual Pontífice estaba muy interesado por esa labor.

Según el cardenal salesiano, en aquella fecha el purpurado alemán le envió una carta interesándose por una joven alemana que quería ampliar conocimientos en la Biblioteca Vaticana.

Visto que no era posible admitirla por problemas organizativos, Farina le pidió una cita personal para explicarle la situación y que nada más llegar al despacho Ratzinger comenzó a preguntarle, aunque no de manera explícita, cual era el trabajo del Bibliotecario, como veía a esta institución, cuales eran sus problemas, etc.

 

Farina agregó que después de media hora hablando se dio cuenta de que el actual Papa "daba por hecho" que él sabía "una noticia, que después circuló de manera restringida en la Curia", y que era que Ratzinger tras cumplir el 16 de abril de 1997 la edad de 70 años "había pedido a Juan Pablo II poder concluir sus años en el Vaticano al frente de la Biblioteca Vaticana y dejar así el duro encargo al frente de la Congregación para la Fe".

Hasta ahora lo que se sabía es que Ratzinger al cumplir los 75 años, la edad de jubilación en el Vaticano, pidió a Juan Pablo II poder dejar el cargo de prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe y marcharse a su tierra natal, pero que el Papa polaco le retuvo al frente del ex Santo Oficio hasta su muerte.

Después, en 2005, fue elegido sucesor de Juan Pablo II.