(EFE) El prelado ha indicado que el ejercicio de la caridad lleva a la Iglesia y a los cristianos a "alzar la voz y a ser atalaya, por ejemplo, ante una cultura de muerte que no sólo permite el aborto, sino que lo alienta con legislaciones que anteponen al derecho inviolable a la vida cualquier otro interés". Ha añadido que si la Iglesia no alzara la voz defendiendo "la vida del inocente no nacido", estaría incumpliendo el deber que ella "y todos y cada uno de los cristianos tenemos para con el hombre defendiendo la vida de todo ser humano, sea cual sea el momento de su gestación". En otro momento de su homilía, Cañizares ha señalado que "lo que hace falta no es un Estado que regule y domine todo, sino que generosamente reconozca y apoye, de acuerdo con el principio de subsidiariedad, las iniciativas que surgen de las diversas fuerzas sociales, que unen la espontaneidad con la cercanía a los hombres necesitados de auxilio", y ha recordado que "la Iglesia es una de esas fuerzas vivas".