El prisionero de conciencia y activista pro-vida cubano, Oscar Elías Biscet, ha cumplido 25 años de prisión en Cuba por crímenes presuntamente cometidos contra la soberanía y la integridad del territorio cubano. El documental «La Cuba de Oscar» presenta la ejemplar, e incómoda para el régimen castrista, figura de este médico cristiano, promotor de los derechos humanos y la vida en la isla.
Jordan Allott, director del vídeo-documental asegura que no sabía demasiado sobre el país antes de comenzar el rodaje. Pero después de conocer la historia de Biscet, se introdujo en Cuba hasta dos veces para grabar este documental, dice, «tan necesario».
Allott cree que Biscet, considerado como «enemigo número uno» de Fidel Castro, es el ejemplo más claro de la vida de un hombre que se mantuvo firme ante la cultura de la muerte, informa Rome Reports.
Por primera vez Biscet llamó la atención del régimen comunista de la isla en 1990, cuando él y otros compañeros realizaron una manifestación pacífica en contra el aborto y la pena de muerte, ambos legales en Cuba, ante un hospital de La Habana. Después publicó un artículo condenando el aborto y fue encarcelado durante tres años por un delito de «desacato».
Entre 1998 y 1999 Biscet fue detenido 26 veces.
En el año 2002 fue arrestado cuando se preparaba para reunirse con una delegación de activistas de derechos humanos de Matanzas. El doctor Biscet fue condenado en 2003 a 25 años de prisión por solicitar libertad, democracia y respeto a los derechos civiles. Todavía hoy sigue cumpliendo condena por ello.
En el 2007, su esposa, Elsa Morejón revelaba en una carta que el activista se encontraba encuentra en una celda sin cama, iluminación, ventilación ni silla para sentarse y que era «sacado a tomar aire» una vez al mes.
En este documental, Morejón, muestra la comida que le lleva a la prisión y un cubo en el que tiene un poco de agua. Ella puede visitarle durante dos horas cada dos meses.
El director asegura que Biscet es todo un ejemplo de valentía, humildad y fe para los cristianos, especialmente los más jóvenes. Allott espera que el mensaje de Biscet no solo inspire gratitud por la libertad que existe en otros países sino que también impulse a la acción.
Según el director, Cuba es una «prisión enorme» y todos tenemos la obligación de hacer algo para terminar con esta situación.