La Sagrada Familia ya no corre peligro. La tuneladora Barcino sigue avanzando sin descanso y acercándose cada vez más a los cimientos del templo diseñado por Antoni Gaudí, pero, según la Unesco, todo marcha según lo previsto. Todo va bien. Eso es lo que se desprende del informe que el organismo aprobó ayer en Basilea en la reunión de su Comité del Patrimonio Mundial y en el que se descarta definitivamente que la Sagrada Familia corra peligro.
 
Basándose en el informe de evaluación que sobre el posible impacto de las obras del AVE elaboraron expertos independientes después de visitar el templo el pasado mes de febrero, la Unesco ha dado el visto bueno al actual trazado del tren de alta velocidad, el que discurrirá a apenas treinta centimetros de los cimientos del templo, y descarta incluir a la Sagrada Familia en la lista de bienes del patrimonio mundial en peligro.
Según la Unesco, el trazado escogido es «el más idóneo» y las medidas de protección que se están tomando son «suficientemente seguras». Aún así, el mismo texto recomienda que se continúe como hasta ahora y pide que se estudien las vibraciones procedentes del paso de las líneas 2 y 5 de Metro. También emplaza a la creación de un comité de expertos que supervise no solo las obras, sino también el estado de los fundamentos una vez finalizados los trabajos. La Unesco reclama en último lugar que se envíe un informe para la próxima reunión anual del Comité de Patrimonio Mundial.
 
La noticia no ha conseguido tranquilizar por completo al presidente del patronato de la Sagrada Familia, Joan Rigol, quien sostiene que «el riesgo es real» y espera que se «se lleven a cabo todas las garantías para salvaguardar» el templo. Aún así, Rigol señaló ayer que el Patronato está a disposición de la Unesco y recordó que el informe indica que se realice «un control efectivo» de las obras. «Ellos ya lo saben, vamos a colaborar en todas las medidas de precaución que se requieran», aseguró en declaraciones a Europa Press. Rigol también recordó que el contencioso por la vía judicial que desde el Patronato mantienen con el ministerio de Fomento servirá de poco, ya que todo apunta a que se resolverá «una vez ya haya pasado la tuneladora».
 
Para el alcalde de Barcelona, Jordi Hereu, el informe favorable de la Unesco «abona la seriedad» del proyecto. Hereu recordó que el túnel del AVE es «uno de los proyectos de obra pública más auditados y controlados» y remarcó que la ciudad «se juega mucho» con esta obra.
 
Mucho más contudente se mostró el diputado del PP, Jorge Fernández Díaz, al recordar que la responsabilidad del trazado del AVE «es el Gobierno, no de la Unesco». Según Fernández Díáz, la Unesco «no avala el proyecto», ya que lo que dice es que si se cumplen las medidas de seguridad que se han aportado en el proyecto, así como las medidas adicionales, no debería haber riesgo alguno.
 
«Todos sabemos hasta que punto los gobiernos tienen una capacidad de influencia que en ocasiones como esta puede ponerse de manifiesto», subrayó el diputado popular.