La Iglesia católica cubana continúa su cruzada por la democratización de la dictadura castrista y esta semana pide en la revista de la Archidiócesis de La Habana menos restricciones para los cubanos. Mientras tanto, los presos políticos excarcelados se van haciendo a su nueva vida y el disidente Guillermo Fariñas prosigue su recuperación de la huelga de hambre ya de vuelta en casa.
En un artículo divulgado en su página web, el director de Palabra Nueva, Orlando Márquez, asegura que "no hay razones capaces de explicar las limitaciones al ejercicio de la libertad, ni argumentos que den razón del exceso de enfermizos controles burocráticos”.
“No hay discurso ni ideología que pueda defender o justificar fórmulas económicas y sociales cuya ineficacia ha sido largamente demostrada e innecesariamente padecida", dice Márquez.
Insiste en que es necesario que el régimen libere a los cubanos "de controles excesivos", algo que en su opinión también sería beneficioso para el Estado cubano, que "se liberaría de cargas económicas, burocráticas e ideológicas innecesarias que le drenan la yugular, los almacenes y hasta ciertos argumentos".
"El país sería un espacio más agradable y armonioso para todos. Esa es la importancia de la libertad y las liberalizaciones", señala.
Precisamente esta semana se ha cumplido ya medio mes desde que los primeros presos políticos excarcelados por el régimen castrista pisaran suelo español con unos sentimientos enfrentados, sintiendo la libertad como no la habían sentido nunca -según aseguraban- a la vez que sabiéndose exiliados sin posibilidad a la vista de volver próximamente a su patria.
José Luis García Paneque, es uno de los veinte primeros presos que han llegado a España. Tras unos días en Madrid, ha sido trasladado a un centro de acogida en Cullera (Valencia) desde donde ya cuenta en un nuevo blog sus vivencias, el antes y el después.
Asegura que se siente “como un árbol sin raíces que va de aquí para allá” y recuerda cómo le sometieron a “todo tipo de presiones” cuando aún vivía en Cuba.
Mientras tanto, Ariel Sigler Amaya, otro preso político liberado antes del acuerdo Iglesia cubana- régimen castrista debido a su mal estado de salud, ha conseguido viajar a EEUU, donde muchos de los disidentes prefieren acudir para reunirse con familiares ya residentes en Florida en su mayoría (algunos de los que han llegado a España esperan ir allá también).
El periodista y psicólogo Guillermo Fariñas ha comenzado a recuperarse de la huelga de hambre y sed que llevó a cabo durante 135 días hasta el pasado 8 de julio.
El jueves los médicos le dieron el alta médica y mientras aún esperaba en el hospital a ser trasladado a su casa, contó que ahora ya consume alimentos sólidos, aunque continúa con un importante trombo en la yugular además de estar postrado en silla de ruedas a consecuencia del ayuno voluntario.
“Estamos contentos, porque volvemos a casa”, aseguraba al otro lado del teléfono, aunque evitaba hablar demasiado. "El problema es que yo vivo dentro de Cuba y con el régimen hay que ser precavido".