El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, ha pedido al ministro del Interior, Tareck El Aissami, «revisar» la concesión de un canal de televisión al arzobispado de Caracas para «recuperarlo» y «ponerlo a las órdenes del pueblo». Se trata de otra vuelta de tuerca en la tensión con la Iglesia creada por el Gobierno, en una serie de ataques dirigidos especialmente contra el cardenal Urosa, arzobispo de Caracas.
 
El presidente venezolano hizo esta petición sobre la emisora de señal abierta Vale TV (Valores Educativos Televisión) después de ratificar su voluntad de revisar el convenio de Venezuela con el Vaticano y de invitar al nuncio apostólico, Pietro Parolin, a «hablar» sobre el tema.
 
«Revisemos [la concesión de Vale TV], Tareck, para recuperar ese canal y ponerlo a las órdenes del pueblo», repitió Chávez en un acto televisado con miembros de la Policía Nacional Bolivariana.
 
Vale TV se identifica en su página web como un canal abierto y sin fines de lucro dedicado a la cultura, que sucedió a la Televisora Nacional, canal 5, el primer canal público de televisión de Venezuela, fundado en 1952.
 
En 1998, el entonces presidente de Venezuela, Rafael Caldera, otorgó la concesión de este canal al arzobispado de Caracas, que inició sus emisiones el 4 de diciembre de ese mismo a&nt ilde;o. En este sentido, Chávez aseguró que Caldera «entregó» el canal 5 a «la jerarquía eclesiástica» en 1998, «violando un conjunto de procedimientos».
 
«Ese canal, siendo incluso yo presidente electo, en diciembre 1998, se lo transfirieron (a los obispos) sin seguir exactamente los procedimientos», remarcó.
 
La actual polémica entre la jerarquía eclesiástica venezolana y el Gobierno surgió a principios de julio cuando el arzobispo de Caracas, cardenal Jorge Urosa, dijo que Chávez violaba la Constitución al querer imponer una «dictadura comunista» en el país, y el gobernante le tachó de «troglodita» e «indigno» y amenazó con enjuiciarlo por injurias.
 
Así mismo, el mandatario reveló que el secretario de Estado vaticano, cardenal Tarsicio Bertone, llamó esta semana a su ministro de Exteriores, Nicolás Maduro, «preocupado» por unas recientes declaraciones suyas sobre la revisión del acuerdo de 1964.
 
«Parece que en el Vaticano están muy preocupados porque yo anuncié, y lo vamos a hacer, una revisión del convenio», dijo Chávez, en referencia a la firma del Modus Vivendi de 6 de marzo de 1964, entre el Estado venezolano y la Nunciatura Apostólica.
 
Este documento compromete el traspaso a la Iglesia católica de recursos provenientes de la exportación de petróleo para la financiación de obras sociales y proyectos educativos.
 
«Le dije [a Maduro] atiéndele a ver qué te va a decir (...), y dile que estamos al frente de unos obispos y unos cardenales [venezolanos] que han participado del golpe de Estado» que lo derrocó durante dos días en abril de 2002, relató.
 
«Y dile que si el nuncio apostólico quiere hablar, que venga, pero nosotros no vamos a aceptar aquí que este cardenal [Urosa] y estos obispos atropellen la dignidad del pueblo venezolano», agregó Chávez. El mandatario puntualizó que él es católico pero que, en Venezuela, «todas las religiones son iguales» y no «puede haber ningún privilegio».


El cardenal Urosa anunció mediante una carta dirigida a la presidenta de la Asamblea Nacional de Venezuela, que declinaba la invitación ya que «no se dan las condiciones de serenidad para un diálogo provechoso».