Es un trabajo excelente, en el que podemos escuchar doce nuevas canciones. Como final de la explicación que hace Martín en las tapas del disco, «estoy firmemente convencido de que, quien inició en ustedes la buena obra, la irá confirmando hasta el Día de Cristo Jesús» (Filipenses 1, 6); Pues eso, para que nos dejemos modelar por el Señor.

Sobre las canciones, como en todo, hay todo tipo de preferencias: a mi hijo mayor le gusta mucho «Lo bueno que hay en vos», sobre todo cuando está falto de confianza y cree que todo le sale mal; mi mujer elige la quinta (Dame) y la novena (Aquí estoy). «Dame» es realmente práctica (yo sé que tú no fallarás, sé que tú lograrás terminar la obra que has empezado en mí), y «Aquí estoy» puede servirnos para ponernos a los pies del Señor (quiero oír tu voz y alabarte, y saber que no es mi corazón, y poner mi vida en la tuya, y saber que todo tuyo es). Mi hija mayor, con eso de tocar la guitarra, se encarga de intentar sacar las notas y le encantan todas.

Y yo, la verdad es que tengo un problema a la hora de elegir. Me gustan todas, pero si tengo que elegir una distinta de las anteriores, y pensando que me es muy difícil, la cuarta canción, «Sacerdote», y la duodécima, «Obrero de tu mies», me dicen mucho.
 
Citando palabras de Martín, «cada llamada es diferente, cada vocación una historia y cada historia es, definitivamente, una canción que entre Dios y tú se va componiendo. Eso es lo que pretenden esta producción y estas canciones, ponerle música, descubrir las notas, cantar y hacer sonar a los cuatro vientos la historia entre Dios y tú hecha canción».
 
En este trabajo han colaborado varias personas. Cito a Kiki porque lleva tiempo viniendo de gira a España con Martín, pero hay más. Os dejo el vídeo de promoción, y podéis oír algún fragmento en el blog de su web.