Gregoriano esencial recoge una cuidada selección de composiciones que, sin duda, forman parte de las grandes obras del canto gregoriano por su estructura, su belleza melódica y la perfecta adecuación entre los lenguajes sonoro y escrito, que traslada a quienes escuchan estos cantos mensajes múltiples, con llamadas estéticas, emocionales y religiosas. La escucha de estos cantos es un gran regalo, que debemos al extraordinario legado de los monjes de la Edad Media y que hoy son patrimonio de la humanidad.
Los temas que componen el disco son: Spiritus Domini (Introito, Modo VIII); Nos autem (Introito, Modo IV); Kyrie Cunctipotens genitor (Kyrie tropado, Modo I); Christus factus est (Gradual, Modo V); Alleluia Confitemini (Alleluia, Modo VIII); Precatus est (Ofertorio, Modo VIII); Qui manducat (Comunión, Modo VI); Videns Dominus (Comunión, Modo I/IV); Popule meus (Improperia, Modo D/E); Media vita (Responsorio, Modo IV); Iubilate Deo universa terra (Ofertorio, Modo I); Pascha nostrum (Aleluya, Modo VII); Laetetur cor (Introito, Modo II); Vidi speciosam (Responsorio, Modo III); Viri Galilaei (Introito, Modo VII); Domine in virtute (Aleluya, Modo VI); Beata gens (Gradual, Modo I); Quasi modo (Introito, Modo VI), y Oculi omnium (Gradual, Modo VII).
Gregoriano popular, por su parte, recoge bellas composiciones, melodías que tocan el corazón y la sensibilidad y que permiten que en esta sociedad ruidosa, sean una puerta que se abre al silencio, el que hace posible la escucha del otro, de Dios. Oír estos cánticos resulta una forma de restablecer nuestra relación con lo trascendente, lo intangible... Para un creyente, puede convertirse en oración, con la misma fe con la que un monje anónimo, hace muchos siglos, puso notas a las palabras de la liturgia y luego el pueblo de Dios las ha repetido infinidad de veces, porque ya son suyas.
Los temas que componen el disco son: Ecce nomen Domini (Prosa, Modo VII); Puer natus est (Introito, Modo VII); Victimae paschali laudes (Secuencia, Modo I); Attende Domine et miserere (Preces, Modo V); Exurge, Domine (Introito, Modo II); O filii et filiae (Ritmo, Modo I); Laetabundus (Secuencia, Modo VI); Puer natus in Bethlehem (Ritmo, Modo I); Rorate caeli desuper (Preces, Modo I); Kyrie (Misa de Angelis, Modo V); Sanctus (Misa de Angelis, Modo VI); Agnus (Misa de Angelis, Modo VI); Adoro te devote (Himno, Modo V); Ubi caritas et amor (Versus, Modo VI); O sacrum convivium (Antífona, Modo V); Pange lingua «more hispano» (Himno, Modo V); Requiem aeternam (Introito, Modo VI); Dies irae (Secuencia, Modo I); Lux aeterna (Comunión, Modo VII); Veni sancte Spiritus (Secuencia, Modo I), y Veni creator Spiritus (Himno, Modo VIII).
La Schola Antiqua está dirigida por Juan Carlos Asensio Palacios. Todos sus componentes se formaron como niños de coro en la Escolanía de la Abadía de Sta. Cruz del Valle de los Caídos. Su repertorio se centra en la monodia litúrgica occidental así como la polifonía del Ars Antiqua y Ars Nova.
La Schola Gregoriana Hispana está dirigida por el prestigioso Francisco Javier Lara. Su repertorio fundamental está compuesto por canto hispano-mozárabe, gregoriano, en cuya interpretación siguen las directrices marcadas por la escuela semiológica de Dom Eugène Cardine, y las primeras polifonías.
Los temas que componen el disco son: Spiritus Domini (Introito, Modo VIII); Nos autem (Introito, Modo IV); Kyrie Cunctipotens genitor (Kyrie tropado, Modo I); Christus factus est (Gradual, Modo V); Alleluia Confitemini (Alleluia, Modo VIII); Precatus est (Ofertorio, Modo VIII); Qui manducat (Comunión, Modo VI); Videns Dominus (Comunión, Modo I/IV); Popule meus (Improperia, Modo D/E); Media vita (Responsorio, Modo IV); Iubilate Deo universa terra (Ofertorio, Modo I); Pascha nostrum (Aleluya, Modo VII); Laetetur cor (Introito, Modo II); Vidi speciosam (Responsorio, Modo III); Viri Galilaei (Introito, Modo VII); Domine in virtute (Aleluya, Modo VI); Beata gens (Gradual, Modo I); Quasi modo (Introito, Modo VI), y Oculi omnium (Gradual, Modo VII).
Gregoriano popular, por su parte, recoge bellas composiciones, melodías que tocan el corazón y la sensibilidad y que permiten que en esta sociedad ruidosa, sean una puerta que se abre al silencio, el que hace posible la escucha del otro, de Dios. Oír estos cánticos resulta una forma de restablecer nuestra relación con lo trascendente, lo intangible... Para un creyente, puede convertirse en oración, con la misma fe con la que un monje anónimo, hace muchos siglos, puso notas a las palabras de la liturgia y luego el pueblo de Dios las ha repetido infinidad de veces, porque ya son suyas.
Los temas que componen el disco son: Ecce nomen Domini (Prosa, Modo VII); Puer natus est (Introito, Modo VII); Victimae paschali laudes (Secuencia, Modo I); Attende Domine et miserere (Preces, Modo V); Exurge, Domine (Introito, Modo II); O filii et filiae (Ritmo, Modo I); Laetabundus (Secuencia, Modo VI); Puer natus in Bethlehem (Ritmo, Modo I); Rorate caeli desuper (Preces, Modo I); Kyrie (Misa de Angelis, Modo V); Sanctus (Misa de Angelis, Modo VI); Agnus (Misa de Angelis, Modo VI); Adoro te devote (Himno, Modo V); Ubi caritas et amor (Versus, Modo VI); O sacrum convivium (Antífona, Modo V); Pange lingua «more hispano» (Himno, Modo V); Requiem aeternam (Introito, Modo VI); Dies irae (Secuencia, Modo I); Lux aeterna (Comunión, Modo VII); Veni sancte Spiritus (Secuencia, Modo I), y Veni creator Spiritus (Himno, Modo VIII).
La Schola Antiqua está dirigida por Juan Carlos Asensio Palacios. Todos sus componentes se formaron como niños de coro en la Escolanía de la Abadía de Sta. Cruz del Valle de los Caídos. Su repertorio se centra en la monodia litúrgica occidental así como la polifonía del Ars Antiqua y Ars Nova.
La Schola Gregoriana Hispana está dirigida por el prestigioso Francisco Javier Lara. Su repertorio fundamental está compuesto por canto hispano-mozárabe, gregoriano, en cuya interpretación siguen las directrices marcadas por la escuela semiológica de Dom Eugène Cardine, y las primeras polifonías.
Eduardo Palanca/ReL