Los yihadistas han perpetrado este jueves una matanza en Bagdad a pocas semanas de la llegada prevista del Papa a Irak, cuyo viaje está ahora más en el aire que nunca. Precisamente, hoy era el día elegido para anunciar la agenda de este importante viaje de Francisco, pero debido al atentado se ha suspendido.
Al menos 28 muertos y 73 heridos es el balance momentáneo de este atentado perpetrado por dos terroristas suicidas en un mercado del centro de la ciudad.
Se trata del primer gran atentado de este tipo cometido en la capital desde junio de 2019, y se produce horas después de que la Santa Sede instara a los periodistas que habitualmente acompañan al Papa en sus desplazamientos internacionales a acreditarse antes del día 25 de este mes.
Un viaje con mucho riesgo
El país debía celebrar elecciones legislativas en junio, pero el gobierno del primer ministro Al Kadhimi (chiíta) decidió el martes 19 de enero, por unanimidad, aplazarlas hasta el 10 de octubre, a fin de que la Comisión Electoral tenga más tiempo para organizar unos comicios “integrales, justos y equitativos”.
Tal y como recoge Ecclesia, el viaje a Irak está resultando tremendamente complicado. En primer lugar por la inseguridad reinante todavía sobre el terreno. Pese a que el Estado Islámico, que en 2014 se hizo con el control de un tercio del país, fue oficialmente derrotado tras la caída de Mosul, muchos de sus efectivos siguen activos, camuflados entre la población, constituyendo células durmientes. Y en segundo, también, por la logística: la falta de infraestructuras adecuadas y la situación de Covid, que exige que las personas que acompañen al Santo Padre vayan como él vacunadas.
Por su parte, la Santa Sede ha hecho llegar sus condolencias al presidente de Irak, Barham Salih en un telegrama en el que se manifiesta la “profunda tristeza” del Papa Francisco y deplora “este acto insensato de brutalidad”. El Santo Padre, añade en su nombre el cardenal Parolin, “reza por las víctimas fallecidas y sus familias, por los heridos y por el personal de emergencia presente”.
“Confiando en que todos seguirán trabajando para vencer la violencia con fraternidad, solidaridad y paz, el Papa Francisco invoca sobre la nación y su pueblo la bendición del Altísimo”, concluye.
Del mismo modo, monseñor Shlemon Audish Warduni, obispo auxiliar de Bagdad, ha indicado consternado a AsiaNews que este atentado “sorprendió a todo el mundo: no nos lo esperábamos y es difícil entender lo que pasó”.
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