En la India hay unos 5 millones de católicos de rito siro-malabar (rito antioqueno), que dicen ser descendientes de cristianos de la época apostólica, cuando el apóstol Tomás, según la tradición, predicó en la India y creó las primeras comunidades.
La Iglesia Siro-malabar es en la actualidad de la segunda mayor iglesia católica de rito oriental (sólo los católicos ucranianos de rito bizantino son más numerosos) y su natalidad y dinamismo migratorio es considerable. Cuentan con colegios, dispensarios, comunidades vivas y desde su origen en el Estado de Kerala se han ido extendiendo por todo el enorme país.
Hablamos de 34 diócesis, incluyendo una macriodiócesis creada por el Papa Francisco en 2017 que abarca dos tercios de la India y cubre a 1,2 millones de fieles siro-malabares, coexistiendo en el territorio de 87 diócesis latinas de la India.
En azul claro, las diócesis siro-malabares, excepto la gran macro-diócesis creada en 2017 (en gris) que abarca el resto del país con más de 1 millón de fieles
De hecho, de las 34 diócesis de la Iglesia siro-malabar, sólo 18 están en el Estado de Kerala, el lugar originario de la iglesia; las otras están en otros Estados de India (13) o en el extranjero, formadas por los fieles emigrados a otros países, especialmente los de lengua inglesa: EEUU, Canadá, Reino Unido, Australia, Nueva Zelanda...
Una misa de rito siro-malabar para consagrar una parroquia en Australia
Con más de 8.500 sacerdotes y 32.000 religiosas, estas comunidades tienen una vitalidad envidiable. El 18 de junio pasado, entre las limitaciones de la pandemia, se consagraba un nuevo obispo siro-malabar, Peter Kochupurackal, obispo auxiliar en Palaghat (Kerala).
Pero la Iglesia aparece en la prensa desde hace un par de años en asuntos conflictivos. A su mayor jerarca, el cardenal Alencherry, se le acusó de corrupción en una contra-venta de tierras diocesanas, aunque los tribunales ya han constatado que las operaciones las realizaron otros funcionarios diocesanos y el cardenal sólo puso una firma. También hubo protestas de sacerdotes contra él -por temas económicos- que llegaron a Roma.
Otro caso en prensa que señala la agencia AsiaNews: el 7 de mayo, la novicia Divya P. John fue encontrada muerta en un pozo del seminario cerca de Thiruvalla. Y se habló de suicidio. En el mismo período y en el mismo modo- en un pozo de agua potable- fue encontrado el cuerpo del p. George Ettuparayil en su parroquia de Punnathra (Kerala). La muerte del p. George se debió a un incendio accidental que sucedió en su parroquia, en el cual murieron 4 personas.
Pero en los medios, en la TV y en las redes sociales se habla de suicidio y se discute y se acusan las autoridades que no habrían escuchado al sacerdote, que tenía mucha dificultades en aceptar la asignación a la parroquia.
Hay portavoces eclesiales que señalan que hay sectores de la sociedad y la prensa interesados en golpear a esta iglesia por su influencia social y caritativa: gestiona 4.860 escuelas y 2614 instituciones educativas y sanitarias, además de centenares de parroquias muy organizadas.
Sin embargo, los mismos portavoces admiten que hay poca unidad entre las diócesis siro-malabares aunque el ejemplo que dan es litúrgico: cada diócesis, por su cuenta, puede elegir si aplica una variante antigua de su rito antioqueno o una variante reformada "latinizante".