El promocionado acuerdo entre la Santa Sede y China y que tanta polémica provocó debe renovarse por parte del Vaticano por uno o dos años más. Esto es lo que ha asegurado el arzobispo Claudio Maria Celli, diplomático y uno de los personajes fundamentales de este acuerdo provisional con el régimen comunista chino.
Pese al acuerdo, cuyo centro es el nombramiento de obispos, y que ha llevado a varios prelados fieles a Roma a renunciar en favor de obispos “patrióticos”, la realidad es que China no sólo no ha disminuido la persecución contra los cristianos sino que ha ido a más.
En este tiempo se han seguido demoliendo templos católicos, se han derribado las cruces de las iglesias, se ha detenido a sacerdotes y católicos de la Iglesia clandestina y se ha exigido a los católicos a que se adhieran a los principios del Partido Comunista Chino.
Renovar el acuerdo con China uno o dos años más
En una entrevista en Tgcom24, Celli aseguraba que “el acuerdo es interino, es decir, que expira en septiembre de este año. Tenemos que encontrar una fórmula. Tenemos que ver qué hacer luego de este plazo. Creo que debemos probablemente reconfirmarlo por uno o dos años”.
Pese a ello, Celli señala que la “Santa Sede aún no ha tomado una decisión al respecto, una decisión que será comunicada luego a las autoridades chinas”. Sin embargo, Celli ha sido un negociador de primer nivel del Vaticano y se ha mostrado partidario de renovar este acuerdo.
Necesidad de "entendimiento" entre la Santa Sede y China
Lo que el arzobispo no ha podido negar es que la situación de muchos católicos no ha mejorado nada con el acuerdo. “Es innegable que aún hay situaciones que requieren un camino”, afirma sobre estos casos de persecución aunque sin nombrarlos. Por ello, afirmó que hay “necesidad de respeto” y “entendimiento mutuo” entre la Iglesia y China.
“No será fácil. La Santa Sede quiere continuar con este paso. Queremos avanzar y queremos lograr una normalidad en la que un católico chino pueda expresar toda su fidelidad al Evangelio y también respeto a su ser chino”, agregó.
El plan de sinización de la Iglesia en China
El gran objetivo de la dictadura china en estos momentos quedó de manifiesto con el plan quinquenal de sinización que comenzó también en 2018, mismo año del acuerdo con la Santa Sede.
Con él se pretende que las religiones asimilen la cultura y la sociedad china, pero que sobre todo queden sometidas al Partido Comunista. Con respecto a la Iglesia Católica se trata, por tanto, de que Roma deje de ser el centro para ser Pekín.
Bernardo Cervellera, misionero del PIME y director de AsiaNews, explicaba que con la sinización se pretende que “el Partido Comunista chino (PCC) y la Asociación Patriótica (AP) pasan a controlar no sólo a las personas (obispos, sacerdotes, fieles) sino también lo que éstas piensan y el fruto de sus pensamientos: documentos e interpretaciones históricas, teología, doctrina social, arquitectura, arte sacro e incluso libros litúrgicos y liturgia. En síntesis, se trata de una colonización política de la mente y de la conciencia de los católicos chinos”.