El pasado jueves, los nacionalistas hindúes del Bharatiya Janata (BJP), más conocido como Partido Popular Indio, obtuvieron la victoria electoral en cuatro de los cinco comicios regionales y obtuvo la mayoría en el estado más poblado del país, Uttar Pradesh. Los partidarios y seguidores del primer ministro indio Narendra Modi, conocido por su radical rechazo a la población cristiana, obtuvieron 255 escaños de los 403 en liza.
El clima general descrito por los medios entre la población cristiana local es de miedo ante un inminente recrudecimiento de la persecución que ya se da de facto en India desde hace años. Tan solo en 2021, se produjeron al menos 102 incidentes violentos contra los cristianos en el nuevo baluarte electoral de los nacionalistas.
De hecho, como informó el diario The Telegraph el pasado jueves 10 de marzo, no son pocos los católicos que temen "el exterminio" en la India.
“Un líder hindú ya nos ha amenazado con que están esperando los resultados de las elecciones y luego exterminarán a los cristianos de Uttar Pradesh”, dijo un cristiano local, Emmanuel Singh.
“El regreso del BJP al poder significa más problemas para nosotros”, dijo Emmanuel Singh. “Con el BJP en el poder, los ataques contra los cristianos aumentarán en los próximos cinco años. Estamos preocupados porque odian nuestra fe, nuestra religión. El gobierno de BJP no tolera ninguna otra fe excepto la hindú”.
Aprobada la undécima ley anticonversión en India
Paralelamente, el estado indio de Haryana aprobó el mismo 10 de marzo la undécima ley de prohibición de conversión religiosa en todo el país. Según informa Agencia Fides, estas "leyes anticonversión" tienen como objetivo impedir las conversiones religiosas realizadas "por la fuerza, la influencia o la seducción".
En Karnataka, Uttar Pradesh, Himachal Pradesh, Gujarat, Chhattisgarh, Odisha, Madhya Pradesh, Arunachal Pradesh, Uttarakhand y Jharkhand ya se encuentran vigentes estas leyes anticonversión.
Además de la propia condena a los cristianos por "convertir a alguien por la fuerza", el peligro de estas leyes también consiste en que permiten a los nacionalistas hindúes presentar falsas acusaciones contra cristianos acusándoles de estas conversiones forzadas.
La ley establece que nadie puede usar la "amenaza" del "desagrado divino", lo que traducido a efectos prácticos implica que los cristianos no pueden hablar sobre el cielo o el infierno, ya que podría ser visto como una forma de forzar a alguien a la conversión. Del mismo modo que esta conversión "forzosa" es ilegal, hechos tan simples como ofrecer comida a los hindúes después de reuniones religiosas o de los propios sacramentos podrían ser contemplados como "un incentivo" para chantajear hacia la conversión.
Los cristianos representan solo el 2,3% de la población de la India, los musulmanes cerca del 14% y los hindúes alrededor del 80%.