El plan anunciado por el cardenal Malcolm Ranjith, arzobispo de Colombo y antiguo secretario de la Congregación para el Culto Divino, era empezar este domingo en Sri Lanka (antiguo Ceilán) "con unas pocas misas" y ver si se iba pudiendo aumentar el número "poco a poco, según la evolución de la situación". Así lo anunció el lunes, pero apenas 48 horas después ha tenido que cambiar los planes, según informa Asia News.
Todas las misas previstas para el domingo 5 de mayo han sido suspendidas tras haberse recibido "informaciones fiables procedentes del exterior" que informaban al purpurado de "posibles nuevos ataques durante el fin de semana contra una famosa iglesia católica y una escuela". De ahí que se vayan a mantener cerrados templos y colegios "hasta que haya más noticias". No es fácil olvidar que entre los 253 muertos causados por los atentados islamistas del pasado Domingo de Pascua contra tres iglesias y tres hoteles había 45 niños.
El cardenal Ranjith ha rechazado el vehículo blindado ofrecido por el gobierno.
Por tanto, este domingo los cristianos del país, aproximadamente un 10% de la población, tendrán que volver a seguir la misa por televisión. Para el lunes, las autoridades del país, severamente criticadas por el cardenal porque no supieron gestionar la información que habían recibido sobre posibles atentados, han ordenado la apertura de las escuelas. Cada una de las diez mil que existen en Sri Lanka (un país con 21 millones de habitantes) contará con un policía para la reapertura.
El lunes comienza además el ramadán para los musulmanes de la isla, quienes han aceptado, tras algunas protestas, la prohibición gubernamental a las mujeres de llevar velo que les cubra el rostro mientras dure la situación de emergencia. Hasta el momento han sido detenidos 150 sospechosos en relación con los atentados, reivindicados por Estado Islámico aunque la policía no descarta la posibilidad de que la autoría se deba a un grupo islamista local.