Este domingo, cuando se dirigían a misa, fueron secuestradas en el estado de Imo, al sureste de Nigeria, cuatro religiosas de las hermanas de Jesús Salvador: Johannes Nwodo, Christabel Echemazu, Liberata Mbamalu y Benita Agu.
"Rogamos que se rece intensamente por su rápida liberación sanas y salvas", manifestó la hermana Zita Ihedoro, secretaria general de la congregación: "Pedimos a Jesús Salvador que escuche nuestras oraciones y a Nuestra Madre María que interceda por la liberación incondicional de nuestras queridas hermanas".
Las religiosas se dirigían por carretera desde Okigwe a Enugu cuando fueron interceptadas por una partida de hombres armados que se las llevaron, según una práctica cada vez más habitual en el país africano, y con los cristianos como víctima predilecta, razón por la cual la Iglesia local ha exigido al gobierno que garantice su seguridad.
Las Hermanas de Jesús Salvador son una congregación reciente, fundada en 1985 por el sacerdote Emmanuel Edeh (n. 1947) y reconocida de derecho diocesano en 2007. Su carisma es la "docilidad" a Jesús Salvador, la imitación de su compasión mediante el cuidado de los enfermos y de quienes sufren, y el servicio a la Iglesia "especialmente allí dona haya más necesidad de una renovación de la fe".
Viven la Adoración Perpetua con el Santísimo presente en todas las casas donde haya un número suficiente de religiosas. Para ellas "es la fuente que fortalece su apostolado activo", que busca también la revitalización de la educación católica de los jóvenes. Son más de 120 hermanas y tienen fundaciones, además de Nigeria, en Alemania, Reino Unido, Italia y la India.
La situación para los católicos en Nigeria es cada día más preocupante a consecuencia del terrorismo islámico. Abarca desde el secuestro por Boko Haram de 276 niñas cristianas en una escuela de Chibok el 14 de abril de 2014 (muchas de ellas siguen desaparecidas) a la masacre de la iglesia de San Francisco Javier en Owo el pasado Pentecostés. Entre medias y después, raptos, destrozos, asesinatos.