Sudán del Sur vive una terrible crisis humanitaria provocada por una guerra que ha dejado miles de muertos y millones de desplazados en el que es el país más nuevo del mundo. La sequía y las hambrunas han agravado aún más la situación.
Pese a toda esta inseguridad, los misioneros combonianos siguen muy presentes en el país. Uno de ellos es el padre Roy Zúñiga Paredes, de 54 años, que tras mucho tiempo como director de la revista Agiluchos en Perú se ha trasladado a la misión que su congregación tiene en Yuba.
Ahora conoce de primera mano de la situación de un país muy joven pero muy necesitado. En una entrevista con Vatican News hace un recorrido sobre lo que ocurre en Sudán del Sur:
- ¿Cuál es la situación actual que se vive en Sudán del Sur?
- Desde el 2011, ya es una nación independiente, pero desde diciembre de 2013 inició a un conflicto civil violento, que ha obligado a muchas personas de la población a refugiarse en los países vecinos, más de dos millones y miles de muertes que se encuentran por esa persecución. Los líderes han firmado un acuerdo de paz, se ha firmado un preacuerdo en Alyssabeva y en Nairobi. Sin embargo, muchas veces este acuerdo se ha roto por muchas facciones que no respetan el acuerdo de paz. En ese sentido, la situación es muy difícil en este momento.
- ¿Cuál es la labor que realiza usted y los misioneros combonianos allí?
- Nuestra congregación de los combonianos del Sagrado Corazón estamos encargados de la educación y de varias escuelas en Sudan y en Sudan del Sur. Tenemos también varias parroquias y capillas a impartir los sacramentos en varias capillas. Trabajamos entre varias regiones en Sudán del Sur entre los nuers, los dinkas, bundari, los varis.
Nuestro trabajo es muy diversificado. También trabajamos en el sector de salud donde tenemos a cargo varios hospitales y un dispensario en Tali. A parte las misioneras combonianos tiene a cargo otros hospitales en otras regiones del país.
La presencia de misioneros como los combonianos es fundamental en estos momentos en el país
- ¿Cuáles son las necesidades que más urge a la población de Sudán del Sur y de qué manera la comunidad internacional los puede ayudar?
- En realidad, son necesidades de emergencia porque la situación en el país es crítica. Puede ser medicina, ropa, víveres, también donaciones económicas donde también nos encargamos de proveer a la gente que necesita en Sudán del Sur.
-¿Qué otras congragaciones aparte de ustedes se encuentran en Sudán del Sur?
- En Sudán del Sur se encuentran los jesuitas, los salesianos, las misioneras de la caridad de Santa Teresa de Calcula. En Talí tenemos también la colaboración con las hermanas terciarias franciscanas isabelinas fundadas por Elizabeth Bendramini en Padua, Italia.
- ¿Qué es los que le pedirían a la comunidad internacional y a otros organismos internacionales para mejorar la situación en el país?
- La situación se ha vuelto más crítica por la escasez de lluvias, hay necesidad de ayuda humanitaria en lo que se refiere alimento. Desde luego, contamos con el programa de apoyo de las Naciones Unidas para la Alimentación, pero ellos generalmente siguen las indicaciones del gobierno que favorece a la tribu mayoritaria que es la dinka. En nuestra área sabemos que la ayuda no va llegar porque el gobierno no lo permite. En ese sentido, necesitamos de bastante ayuda para resolver el problema del hambre que creemos llegará en enero de próximo año.
- Por último, ¿alguna anécdota especial que quiera comentar de manera especial con nuestra redacción sobre su trabajo en Sudán del Sur?
- En mi trato con la gente, me doy cuenta que son cristianos y que están en la etapa inicial del cristianismo. Lo que me ha impactado que la gente ya está estudiando el catecismo de Pio X, con preguntas y respuestas se lo saben muy bien de memoria. Pero si les hace una pregunta específica no te sabrían cómo responder ni que significa. En ese sentido, tenemos una ardua labor por seguir predicando en Evangelio a toda la gente.