Son cerca del 65% de la población cristiana, seis de cada diez católicos del país y, sin embargo, apenas han tenido representación entre la jerarquía eclesial local. Los indios dalit, llamados, también, parias o intocables, contarán desde el próximo 27 de agosto con el primer cardenal en tener sus mismos orígenes humildes. Ese día, en Roma, el Papa nombrará a 21 nuevos "príncipes de la Iglesia" entre los que estará Anthony Poola, arzobispo de Hyderabad desde el año 2021.
Poola, de 60 años, y procedente de una familia dalit, del estado indio de Andhra Pradesh, se mostró, "agradecido al Santo Padre", tras recibir la noticia, y aseguró que su nombramiento como cardenal de la Iglesia Católica, siendo un dalit, "llevará el aliento del Papa a sus hermanos", tantas veces perseguidos por parte de las autoridades del país y por el resto de los indios. Para el hinduismo, la religión mayoritaria, si alguien nace intocable, morirá como tal.
Aunque oficialmente abolido por la constitución en 1950, el sistema de castas está todavía muy presente en la sociedad india, sobre todo en las zonas más rurales. Los dalit, "oprimidos" o "apartados", no tienen derecho ni siquiera a formar parte de una casta propia. La tradición india reconoce cuatro castas "oficiales", que van en orden decreciente según disminuye su prestigio social: sacerdotes, guerreros, comerciantes y obreros. A las que habría que añadir, en el lugar más bajo, a los dalit, también conocidos, precisamente, como los "sin casta".
Para entender lo que supone el nombramiento de Poola basta con conocer cuáles son las condiciones de vida de la casta a la que pertenece. Los intocables suelen realizar los trabajos que nadie desea, como quemar a los muertos o limpiar letrinas. Mientras que un brahmán (sacerdote, la casta superior), por ejemplo, nunca, o muy raras veces, entrará en las casas de los parias, y en el caso de que uno de ellos les visite, el sacerdote le servirá la comida fuera de la vivienda. Los intocables, además, no pueden participar de cultos religiosos.
El rechazo social a los dalit es tan grande que, a menudo, algunos de ellos miran a la Iglesia como una liberación. Muchos parias recobran el sentido de su dignidad en el cristianismo, y descubren gracias a él que su vida vale y tienen sentido. Es por esto, también, por lo que numerosas iglesias y fieles han sufrido ataques por no respetar la segregación entre castas. La Conferencia de Obispo Católicos de la India lanzó en 2018 una web para animar a los fieles a casarse con personas de una casta distinta.
Una labor muy necesaria
El cristianismo en la India, aunque en clara desproporción con el hinduismo y el Islam, la religión mayoritaria y la segunda más practicada, es de los que más crece. Aproximadamente 65 millones de indios creen en Dios, de los que cerca de 20 millones son católicos. Los cristianos de la India, además, gestionan miles de instituciones como colegios, hospitales, centro de la salud, casas de ancianos, hogares para moribundos, como los de las Misioneras de la Caridad, institutos técnicos y agrícolas, y centros espirituales.
El nombramiento de Poola como cardenal de la Iglesia supone más que un gesto del Papa Francisco con el que es el sector de la población india más desfavorecido de todos. Una casta, la de los dalit, que, a pesar de ser mayoría entre los católicos, apenas tiene representación entre sus obispos. Por ello, desde hace tiempo, se suceden protestas callejeras reclamando mayor representatividad dalit entre los pastores, como la que tuvo lugar en 2021 durante la toma de posesión del titular de la diócesis de Salem (en Tamil Nadu).