El pasado martes 28 de mayo, el nuncio de la Santa Sede en España, Bernardito Auza, acudió a La Rioja con motivo de la invitación de La Bitácora XXI para impartir una ponencia dedicada a la Agenda 2030 y a sus "luces y sombras" en la Fundación Ibercaja. 

Tras enmarcar sus reflexiones como representante del Santo Padre, se refirió a la Agenda 2030 como "un programa que pretende solucionar a prácticamente todos los males del mundo: tiene 17 Objetivos, 169 metas o targets que, supuestamente, con su carácter integrado e indivisible, abarcan todas las esferas de la vida humana".

Tras definirla, Auza centró el debate existente reconociendo la "importancia" que la Santa Sede atribuye a dicha Agenda, pues "las preocupaciones en ella formuladas reflejan la Doctrina Social de la Iglesia para un desarrollo humano integral".

De este modo, entre las principales "luces" de la implementación de este documento se encontraría ese "reflejo" de "la Doctrina Social de la Iglesia en la Agenda 2030", plasmado en algunos de sus objetivos como son "la lucha contra la pobreza, contra la ignorancia, contra las enfermedades, contra la desigualdad entre hombres y mujeres y niños y niñas, contra el excesivo consumismo que provoca desastres medioambientales, contra los conflictos y la violencia".

Pero al mismo tiempo, continuó, la Iglesia también "resta su firma en el rechazo de algunos puntos, en particular `términos´, de la Agenda 2030 que la Santa Sede y la Iglesia no pueden aceptar".

En lo relativo a estos últimos, Auza remarcó 7 "sombras" de la Agenda 2030:

1º Olvidar lo fundamental y que primen los intereses de los financiadores

El nuncio remarcó primeramente la existencia de objetivos "apreciables y buenos" como "la erradicación de la pobreza y del hambre, o el cuidado del planeta". El problema, dijo, es que "con demasiados objetivos -17 objetivos y 169 metas- la Santa Sede cree que corremos el riesgo de olvidar o relegar los más fundamentales y urgentes en favor de los Objetivos más importantes para los financiadores y donantes que para los necesitados".

A modo de ejemplo, se refirió a un país rico que quiera promover el control de los nacimientos en África o la promoción del aborto y que pone sus donaciones en programas del Objetivo 3 sobre la salud. O bien en el Objetivo 5 sobre la igualdad de género y empoderar a todas las mujeres y niñas, que tiene entre sus metas la de asegurar el acceso universal a la salud sexual y reproductiva y los derechos reproductivos.

"Hay que notar que, para estos países donantes, el termino servicios de salud sexual y reproductiva, o el derecho a la salud sexual y reproductiva incluye el aborto".

2º Un programa "excesivamente idealista"

El nuncio cuestionó algunas partes de la Agenda 2030 que están marcadas por un "excesivo idealismo" y que "dan la impresión de ser una utopía". "Se fijan objetivos y metas claramente irrealizables, en particular hasta el año 2030, y tampoco más allá, o que quizás jamás sean viables. Acabar con todos los males y todos los problemas de la humanidad entre 2030 es ciertamente una utopía", remarcó.

3º Grandes declaraciones para "apaciguar conciencias"

Otra de las sombras enunciadas por Auza se resume en lo que el Papa definió como "nominalismo declaracionista", en referencia a la práctica de "apaciguar las conciencias con declaraciones solemnes y agradables, en lugar de hacer verdaderamente efectiva la lucha contra todos los flagelos", como declaró en la Asamblea General de Naciones Unidas.

En este sentido, los organismos que impulsan la Agenda 2030 no están exentos del "hábito" -"en el cual cae fácilmente la ONU"- y "peligro" de "aprobar una resolución o una decisión con entusiasmo, y no raramente por unanimidad, para luego conservarla muy bien en los archivos y armarios, incluso ponerla como un trofeo en las estanterías del despacho, como recuerdo de un logro ganado triunfalmente".

Bernardito Auza, el nuncio de la Santa Sede en España, durante la ponencia.

4º Pensamiento único, impuesto y preconcebido

El nuncio subrayó los mensajes en los que el Papa advierte del "riesgo de pensamiento único, de una solución preconfeccionada, teórica y apriorística [que] dará respuesta a todos los desafíos, impuesta por los donantes y forzada a los receptores de las ayudas". Soluciones que, además de "imponerse", "pretenden ser la respuesta de los donantes a los problemas de los países pobres", necesitados de financiación y asistencia. "La aplicación de los 17 Objetivos de la Agenda 2030 no ha sido inmune a las prácticas colonizadoras de las -`imposed solutions´-"soluciones impuestas"- y del `he who pays decides´, -quien paga decide y manda-, violando así el tan venerado y repetido principio del `national ownership´", subrayó el nuncio.

Frente a esta propuesta, Auza llama a la puesta en práctica de ese "National ownership", o el ejercicio de la autoridad de un gobierno sobre las políticas y actividades de desarrollo, incluso las que dependen de recursos externos, según la ONU. Un principio que, según el nuncio, implica que las prioridades y la solución a los problemas sean "elaboradas y aplicadas según las prioridades de los países receptores y no de los países donantes".

La conferencia se puede ver íntegramente a continuación: 

5º Un marcado sesgo ideológico

El nuncio incluyó en su selección la alerta del Papa Francisco ante el "peligro de interpretaciones y aplicaciones selectivas" de los objetivos y metas de la Agenda.

A modo de ejemplo, destacó la interpretación y aplicación dada sobre el término "salud y derecho sexual y reproductivo", como recoge el objetivo número 5, meta 6: "Asegurar el acceso universal a la salud sexual y reproductiva y los derechos reproductivos según lo acordado de conformidad con el Programa de Acción de la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo, la Plataforma de Acción de Beijing y los documentos finales de sus conferencias de examen". Documentos, conferencias y declaraciones de la ONU que en última instancia buscarían erigir derechos humanos universales como el aborto.

6º Colonización ideológica

También se refirió a las denuncias del Papa Francisco sobre la "colonización ideológica" en aspectos como la ideología de género o el aborto como derecho. Entre ellas, citó su discurso al Cuerpo Diplomático acreditado ante la Santa Sede de 2023, cuando advirtió del "riesgo de una deriva que asume cada vez más el rostro de un totalitarismo ideológico" y que también "promueve la intolerancia respecto al que no se adhiere a supuestas posiciones de progreso".

7º Tres ejemplos concretos del rechazo de la Iglesia

Antes de concluir, Auza citó tres ejemplos concretos de rechazo y reservas de la Santa Sede sobre la Agenda 2030, como son:

1º El significado del término género que la Agenda utiliza en el Objetivo 3, Meta 7, y sobre todo en el Objetivo 5 que tiene esta formulación: Lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas.

2º El significado de los términos empoderar o empoderamiento, en inglés to empower e empowerment. En vez de estos términos, la Santa Sede sugiere el término promocionar y promoción. Así dice el documento que la Santa Sede envió al Secretario General de las Naciones Unidas: “Al usar el término "promoción", en lugar de "empoderamiento", la Santa Sede busca evitar una visión desordenada de la autoridad como poder en lugar de servicio.

3º El término “derecho a la salud reproductivay salud y derecho sexual y reproductivo, u otros semejantes como “salud sexual y reproductiva”.  En su Nota de Reserva, la Santa Sede afirma:

“Dado que el derecho a la salud es un corolario del derecho a la vida, nunca se puede utilizar como una forma de terminar con la vida de una persona. La Santa Sede rechaza la interpretación que considera el aborto o el acceso al aborto, la subrogación materna, el aborto selectivo por sexo y la esterilización como dimensiones de estos términos”.