Siria se está quedando sin cristianos. El cardenal Mario Zenari, nuncio apostólico en Siria, dio unas cifras visitando Hungría que la Embajada húngara ante la Santa Sede recogió en su blog, y la agencia Fides republicó.
Al acabar la Segunda Guerra Mundial en 1945, los cristianos eran un 25% de la población en Siria, asegura el cardenal. Su cantidad fue disminuyendo por su emigración a otros países y por los matrimonios mixtos: casi siempre consisten en que una chica cristiana accede a casarse con un musulmán, sus hijos comunes por ley deben educarse como musulmanes y a medio plazo la esposa cristiana acaba convirtiéndose al Islam, presionada por la sociedad y la familia.
Hace 8 años, antes de empezar la guerra civil, aún había un 6% de población en Siria que eran cristianos de distintos ritos y tradiciones en Siria. Con la guerra civil y la persecución por parte de facciones yihadistas ligadas a Estado Islámico o a Al-Qaeda, aumentó la emigración, muchos huyeron y muchas iglesias fueron destruidas.
El cardenal que representa al Papa en Siria como nuncio explicó estas cifras en la Universidad Católica Péter Pázmány (PPKE) en Budapest, en un acto en colaboración con el Secretariado de Ayuda a los Cristianos Perseguidos y el programa Hungary Helps del Gobierno húngaro.
Péter Szijjártó, ministro húngaro de asuntos exteriores, declaraba en mayo de 2018 que el Gobierno húngaro ha destinado 9 millones y medio de euros a ayudar a los cristianos de Oriente Medio con escuelas, hospitales y becas en la región.
Ayudar a la gente para que no abandone su patria
Tristan Azbej, secretario de Estado húngaro para la Ayuda a los Cristianos Perseguidos, y Balázs Orbán, secretario de Estado para la Presidencia del Consejo Húngaro, también participaron en el evento organizado en la Universidad de Budapest. En su discurso, Azbej dijo que "hay varias respuestas en el mundo al gran desafío de nuestro tiempo: la crisis económica, humanitaria y migratoria; y creemos que las soluciones elegidas por los gobiernos occidentales no son satisfactorias. Ellos han decidido apoyar la migración, invitando a la gente a abandonar su patria, mientras que Hungría sostiene, por el contrario, que lo mejor para cada persona es poder permanecer en su patria".
La visita del Cardenal Zenari a Hungría fue motivada principalmente por el lanzamiento oficial del programa de apoyo del gobierno húngaro al Programa "Hospitales Abiertos", para financiar la atención médica de unos 4.500 pacientes en centros de salud sirios a lo largo de un año. El 22 de enero, el propio primer ministro húngaro, Viktor Orbán, entregó al cardenal Mario Zenari el documento oficial relativo a la contribución húngara de un millón y medio de euros al Programa "Hospitales Abiertos", gestionado por la Fundación AVSI.