Los ordinarios de Tierra Santa (obispos católicos de los distintos ritos de Palestina, Israel, Jordania y Chipre) ha difundido un documento expresando su preocupación por la creciente inestabilidad en la región, y también por las declaraciones "controvertidas" contra los no judíos que dejan caer personalidades del Partido Sionista Religioso y sus aliados, que con 7 de los 120 diputados de la Kneset (Parlamento Israelí, siempre fraccionadísimo) se perfilan como socios de Gobierno del primer ministro Benfamin Netanhayu.
Con abogados, los católicos están más seguros
Además, un par de días después de difundir su nota, la Asamblea de Ordinarios Católicos de Tierra Santa (AOCTS) ha presentado dos oficinas legales propias que servirán a todas las entidades católicas de la región. Parece una forma de dejar claro que las comunidades católicas van a prepararse con abogados y equipos estables y especializados ante los retos que ya hay y los que puedan llegar, en vez de improvisar caso a caso y por separado.
Las dos oficinas las presentó en un congreso dedicado a ello el Patriarca Latino, Pierbattista Pizzaballa, teniendo a su lado al nuncio, el filipino Adolfo Tito Yllana. Una de las oficinas es la Oficina Legal Profesional, y detalló sus funciones el abogado Zaki Sahlia, especializado en propiedad y derecho civil y mercantil (incluye temas de impuestos, derechos civiles y laborales, conflictos con municipios, bancos, propiedades y documentación).
La otra oficina se llama Oficina de Salvaguarda (o Seguridad). Natalie Baddour, una especialista en seguridad que hace tiempo que trabaja con los obispos, explicó que esta oficina busca que todas las entidades católicas sean "seguras".
Sionistas extremistas en el Gobierno
La política israelí siempre ha sido un laberinto complicado. Actualmente tiene 10 formaciones en el Parlamento, algunas de las cuales son alianzas de varios partidos. Por ejemplo, los ultraortodoxos religiosos sefardíes (Shas) tienen 11 diputados, mientras que los ultraortodoxos askenazíes tienen 7. El Likud, el partido más votado, de centro derecha, sólo tiene 32 diputados de los 120 de la Kneset.
El Likud de Netanyahu necesita aliados, y va a meter en su Gobierno la alianza Sionistas Religiosos, que son 14 diputados de 3 partidos distintos, de ideología nacionalista israelí sionista (distintos a los ultraortodoxos), bastante hostil a los no judíos, y especialmente a los árabes en general, sean musulmanes o cristianos. Hay que recordar que la mayoría de cristianos en Tierra Santa, y también en el Estado de Israel, son de etnia y lengua árabe.
En este contexto, los obispos católicos hablan de declaraciones "controvertidas" en relación con la comunidad no judía, y los árabes en particular, y de palabras "contrarias al espíritu de convivencia pacífica y constructiva".
Los obispos temen que se potencie a quienes "quieren la división", que terminan creando "desconfianza y resentimiento" y generando "más violencia". El lenguaje radical y extremista, advierten, “tarde o temprano se convierte también en violencia física” (esta es una frase clave, que en el entorno judío se ha aplicado mucho para hablar de la Alemania de los años 30, la República de Weimar, con una prensa sin límites y muy grosera, que deshumanizaba a los judíos, y al rival en general).
Los obispos piden al nuevo Ejecutivo (cuando se forme) que muestre equidad hacia las “diferentes comunidades que conforman la sociedad israelí, evitando discriminaciones o preferencias”.
Escuelas cristianas al borde de la crisis
Los obispos católicos de Tierra Santa dicen, además, que las "comunidades árabes" en Israel requieren "mayor" atención y cuidado. A los obispos siente "preocupación" por la "falta de seguridad", los "continuos incidentes de violencia" y "la difusión de la delincuencia".
Ante la fragilidad de las familias y las crecientes divisiones y violencias, los obispos apuestan por "la educación de los niños" porque sólo a través de la educación (para judíos y árabes) será posible garantizar "un futuro". En cuanto a las escuelas, hablan de los colegios cristianos “que nuevamente se encuentran al borde de la crisis” debido a los recortes económicos que el Ejecutivo saliente impuso a las escuelas cristianas.
Los obispos piden garantizar los derechos de los trabajadores extranjeros y de los solicitantes de asilo: muchos de ellos son cristianos y "forman parte de la vida de la Iglesia". A menudo ellos y sus hijos se encuentran en un "limbo jurídico".
La detención de muchos menores palestinos
También piden los obispos prestar atención a la violencia en Palestina "y en los Territorios Ocupados", donde “la situación está progresiva y rápidamente deteriorándose”, con un “incremento” de homicidios, enfrentamientos, allanamientos y expansionismo en las colonias.
Los obispos denuncian que “el espacio habitable” para los palestinos “sigue reduciéndose”, al mismo tiempo que aumentan los “ataques contra la población judía” que son injustificables y se deben “condenar”.
Los obispos comentan también la cuestión del arresto de palestinos menores de edad que "nunca debería ser la norma" en un país democrático, porque ante todo se debe garantizar a los jóvenes "paz y seguridad" para "construir un futuro mejor".
(Los obispos no dan cifras, pero una asociación palestina, la Sociedad Palestina de Prisioneros, en un comunicado en diciembre hablaba de que 6.500 palestinos han sido detenidos en 2022 por las autoridades israelíes, de los que 811 son menores de edad).
Los obispos piden un proceso de paz y lamentan que la comunidad internacional no se esté implicando en él. Ese proceso, dicen, ha de garantizar "la dignidad y la libertad" de los palestinos en su tierra frente a un odio arraigado "en el corazón de las dos poblaciones, israelí y palestina".
El comunicado acaba reconociendo algunos "signos de consuelo": "el regreso de los peregrinos a Tierra Santa" tras el coronavirus y el llamamiento del Papa Francisco pidiendo a los cristianos del mundo "orar por la paz en Jerusalén, en Tierra Santa y en todos los lugares del mundo donde la violencia, el odio y la división son fuente de sufrimiento".
¿Qué es la Asamblea de Ordinarios Católicos de Tierra Santa?
En un sentido jurídico, Tierra Santa, para la Iglesia Católica, cubre los territorios de Israel, la Palestina, Jordania y Chipre (aunque los franciscanos y otras órdenes cuidan comunidades también en Siria o Egipto o Líbano y pueden hablar de esos lugares como Tierra Santa en sentido más extenso; Jesús, de niño, estuvo en Egipto, por ejemplo, y predicando visitó Líbano).
La Asamblea de Ordinarios Católicos de Tierra Santa (AOCTS) reúne a los obispos, eparcas, exarcas y vicarios católicos de Israel, Palestina, Jordania y Chipre, que incluye a jerarcas de la iglesia latina, la católica melquita (rito griego), la maronita (numerosa en Líbano), la armenia, la siríaca y la caldea (mayoritaria entre los cristianos de Irak). Tiene estatutos aprobados desde 1992 por Juan Pablo II, con confirmación en 2016 y con personalidad jurídica eclesiástica. La preside siempre el Patriarca Latino de Jerusalén. En la actualidad cuenta con 27 miembros: 5 ordinarios residenciales, 3 exarcas (obispos orientales), 8 vicarios de Patriarcas católicos, 8 obispos eméritos, y 3 representantes de la Custodia de Tierra Santa.