A poco más de dos semanas del viaje del Papa Francisco a Mozambique, Madagascar e Islas Mauricio, visita que le llevará a África entre el 4 y el 10 de septiembre, los católicos de estos países y los numerosos misioneros que allí sirven están haciendo los últimos preparativos para recibirle.
Una de estas misioneras es la hermana comboniana Paula Ciudad, que se encuentra en estos momentos en Mozambique. En una entrevista en la cadena COPE, la religiosa habla de la labor que realizan con mujeres: “Nos ocupamos de ellas porque son a las que menos valoran. Tenemos una escuela en la que están 40 mujeres de diferentes comunidades que no saben leer ni escribir. Les cuesta mucho el idioma, pero aprenden rápido. Además, les enseñamos a coser o a hacer jabón”.
Una ayuda a las mujeres
Según explica, “no se trata tanto de una formación académica, sino que también tiene su parte humana ya que les ayudamos a reivindicar sus derechos. En estos países las injusticias están muy acentuadas y se aprovechan de ellas”.
La hermana Paula Ciudad explica que en Mozambique las mujeres tienen muchos hijos (entre 10 y 12) pero al menos la mitad de ellos mueren al nacer. “La malaria es un grave problema y no hay recursos. Tratamos de darles una educación sobre ello”, explica.
En cuanto a la visita del Papa, la misionera afirma que “a pesar de la alegría que supone y la influencia que tiene el Papa en el mundo viene en un momento de mucha polémica porque se vota el 15 de octubre”.
Además, para muchos católicos será imposible acudir a ver al Papa. Por ejemplo, el lugar en el que trabaja esta hermana está a 2.000 kilómetros de distancia y “de las 130 comunidades de las que se encarga, van un joven y un sacerdote en su representación”.
Finalmente, la religiosa ha hecho referencia a la religión en Mozambique: “En casi todos los lugares es buena la relación con la religión. Un cuarto de la población es musulmana pero, a pesar de eso, van a misa también e incluso participan en las lecturas. Pero no todo es de color de rosa porque en otros lugares la situación es más revolucionaria. Si es para ayudar, no tenemos en cuenta la religión a la que se pertenece”.