Además de las condolencias del arzobispo de Canterbury (anglicano) y el Patriarca Kirill (ortodoxo ruso) (léalas aquí), abundan los reconocimientos al difunto Papa benedicto por su trabajo ecuménico, en el que se volcó desde su experiencia como católico alemán y como teólogo alemán con la visión internacional que daba Roma. Desde el mundo luterano han llegado sentidas condolencias que detallan su trabajo por la unidad de los cristianos.
Se ha pronunciado Ioan Sauca, secretario general del Consejo Mundial de Iglesias (CMI), declarando que Benedicto "demostró coraje en su liderazgo, sus escritos y sus pronunciamientos".
El CMI representa a 352 iglesias cristianas (ortodoxas, coptas, anglicanas, metodistas, luteranas, reformadas, etc...) de más de 120 países, que suman unos 580 millones de fieles. Es un espacio de diálogo ecuménico y cooperación. La Iglesia Católica no pertenece al CMI pero desde 1965 -tras el Vaticano II- colabora con él a través de un grupo mixto de trabajo... al que perteneció el cardenal Ratzinger.
"De parte del Consejo Mundial de Iglesias, expreso mis más profundas condolencias por la muerte del Papa emérito Benedicto XVI. Fue el primer papa en venir de un país, Alemania, con un equilibrio aproximado entre protestantes y católicos, un país que ha estado en el centro de la Reforma del siglo XVI", detalla Ioan Sauca.
"Benedicto fue además el primer papa en pertenecer a un comité del CMI, como miembro católico de su Comisión de Fe y Orden. Al poco de llegar a ser Papa, antiguos agravios que impedían encuentros de la comisión de diálogo ortodoxo-católico quedaron a un lado. En 2007, la comisión preparó la Declaración de Rávena, un primer paso a superar un desacuerdo de mil años sobre el papel del Papado".
"Animó a nunca aflojar en la tarea ecuménica"
La Federación Mundial Luterana (LWF), a la que pertenecen unas 150 comunidades de tradición luterana, que suman unos 77 millones de fieles, ha publicado una nota bastante detallada sobre el esfuerzo ecuménico y teológico de Benedicto XVI.
Su secretaria general, la pastora estonia Anne Burghardt, declaró: "El Papa Benedicto XVI fue un teólogo de mente sagaz, con un fuerte trasfondo académico que moldeó su pontificado. Damos gracias por su exhortación a nunca aflojar en la tarea ecuménica y recordaremos agradecidos su apreciación de la Declaración Conjunta de la Doctrina de la Justificación que permitió muchos avances en las relaciones católicas-luteranas". Burghardt también reconoce "su profundo compromiso por buscar la reconciliación entre las iglesias cristianas divididas".
La pastora estonia Anne-Burghardt, secretaria general de la Federación Luterana Mundial, en una foto de posado: alaba a Benedicto XVI por su mente sagaz y esfuerzo por la unidad de los cristianos.
La Declaración sobre la Justificación, firmada en 1999 por representantes de la Iglesia Católica y la Federación Mundial Luterana, ha ido consiguiendo en los 20 años siguientes que otras comunidades eclesiales la firmaran y se adherieran a ella: el Consejo Metodista Mundial, la Comunión Anglicana y, más recientemente, la Comunión Mundial de Iglesias Reformadas.
La mayor iglesia luterana
Martin Modéus, arzobispo superior de la Iglesia Luterana de Suecia (considerada la mayor iglesia luterana del mundo), escribió en Twitter: "El Papa emérito Benedicto XVI ha dejado la vida mortal. Pienso y rezo por mis amigos católicos. Nuestras iglesias tienen tradiciones diferentes y nuestras formas de pensar a veces han sido diferentes, pero Benedicto XVI fue fundamental en el acercamiento de luteranos y católicos en los últimos 50 años".