En noviembre de 2020, el primer ministro etíope, Abiy Ahmed, galardonado con el Premio Nobel de la Paz en el 2019, hizo bombardear con aviones la capital de Tigray, la región norteña de etnia tigré, un grupo étnico de unos 5 millones de personas, especialmente bien armado y veterano de décadas de guerra contra la vecina Eritrea.
Etiopía declaró el estado de emergencia y empezó una guerra civil pese a las peticiones de paz y negociación de las iglesias. Tanto los tigré como sus vecinos y rivales los amhara son cristianos ortodoxos en su inmensa mayoría, pero eso no ha detenido la violencia que ha ido en aumento.
En los últimos días ha aumentado el caos interno, más allá de la guerra, y también las redadas de militares y policías en la capital, Addis Abeba, buscando personas de etnia tigré.
Asaltos a la catedral y a los salesianos
El padre Giuseppe Cavallini, misionero comboniano que lleva 30 años en Etiopía y nuevo director de la revista Nigrizia (el equivalente italiano a Mundo Negro en España), denuncia que militares y policías sacaron por la fuerza a 17 salesianos del centro de formación "Don Bosco" en el barrio de Gotera, en Addis Abeba, el pasado 5 de noviembre. Al menos algunos fueron detenidos, al parecer, por ser de etnia tigré.
Además, "hace unos días, los militares entraron en la catedral católica de Addis Abeba buscando a personas de etnia tigré. Y estas redadas se están produciendo en toda la capital".
Más aún, explica que en la región occidental de Benishangul, una guerrilla (sin especificar de qué facción, ya que hay varias en activo aprovechando el caos) ha "arrasado literalmente una de nuestras misiones combonianas, obligando a los sacerdotes y a las monjas a huir" (conozca aquí la misión comboniana en Benishangul).
También en Tigray han sido saqueadas numerosas iglesias y misiones de distintas denominaciones y algunas han sido destruidas. La población de Tigray se compone de cristianos ortodoxos de etnia tigré al 95%, con un 4% de musulmanes.
En las últimas semanas los tigré han recuperado mucho terreno y han empezado a presionar con fuerza al Gobierno, que ha llamado a armas a veteranos amhara de anteriores guerras, aumentando el caos y la indisciplina.
Vídeo de inicios de noviembre que recoge el avance militar de los tigré frente al Gobierno y los amhara
Las Iglesias llevan un año pidiendo paz y negociación
Ya en noviembre de 2020 el Consejo Mundial de Iglesias, la Iglesia Ortodoxa Etíope y los obispos católicos etíopes pidieron diálogo entre las facciones y denunciaron "a los que buscan aumentar tensiones, división y antagonismo y derramamiento de sangre entre los pueblos de Etiopía por sus propios propósitos políticos".
Los católicos son pocos en Etiopía (un 0,8% en todo el país, un 0,4% en Tigray) pero la Iglesia Católica es influyente por su trabajo educativo, solidario y su capacidad diplomática.
“Si los hermanos se matan entre sí, Etiopía no ganará nada. Esto llevará al país a la bancarrota y no beneficiará a nadie”, avisaron entonces los obispos católicos. También los obispos católicos de África Oriental (las conferencias episcopales de la AMECEA) pidieron "diálogo y resolución pacífica de los desacuerdos".
El mapa muestra a Etiopía y, en rojo, la región de Tigray, de gran tradición militar (décadas de guerra contra Eritrea), cuyas tropas están recuperando terreno y golpeando a los amhara al sur
Esta semana se ha celebrado una sesión de emergencia del Consejo de Paz y Seguridad (CPS) de la Unión Africana (UA), y el pasado domingo día 7 el Papa Francisco se refirió al conflicto en su rezo del Ángelus: “Sigo con preocupación las noticias que llegan desde la región del Cuerno de África, en particular de Etiopía… Invito a todos a la oración por esa población tan duramente probada, y renuevo mi llamamiento para que prevalezcan la concordia fraterna y el camino pacífico del diálogo”.
Martin Griffiths, subsecretario de la ONU para Asuntos Humanitarios, visitó Makalle pidiendo un mayor acceso para la ayuda a los civiles en medio del enfrentamiento entre los rebeldes y las fuerzas gubernamentales.