La fiesta de San José, el 19 de marzo, fue un día triste para la vida religiosa en África. En Zambia murieron en accidente de tráfico dos religiosas misioneras de las Siervas de San José, una colombiana y otra congoleña. En Gabón fue asesinada una popular religiosa que dirigía un centro para ancianos pobres y abandonados. Como siempre cuando muere un consagrado volcado en la misión o el servicio se suscita la pregunta: ¿quién será llamado por Dios para realizar estas tareas, allí donde la mies es mucha y los trabajadores pocos?
Una colombiana en Zambia y una congoleña que hablaba español
La congregación de las Siervas de San José ha informado de que, precisamente en ese día tan importante para ellas, fallecieron en Zambia Yolanda Bocanegra Mendoza e Immaculée Maloba Lusa.
En accidente de tráfico en Zambia, cerca de la frontera con la República Democrática del Congo, murieron dos religiosas de las Siervas de San José, precisamente en el día de su patrón. Una de las fallecidas es Yolanda Bocanegra Mendoza, misionera colombiana.
La otra era Immaculée Maloba Lusa, congoleña, la coordinadora de la comunidad de las Siervas de Solwezi, en Zambia, que es de reciente fundación. Inmaculée Maloba sabía español y era profesora de francés. En un vídeo reciente en español explicaba cómo vivía su carisma.
"En la escuela donde estoy dando clases de francés intento tener esa conciencia de trabajo bien hecho, aportando esa conciencia de trabajo desde Nazaret. Trato de ser una de tantos con mis compañeros en el trabajo, trato también, con alegría, de comunicarme poco a poco con los trabajadores en sus distintos idiomas. Mi cercanía les agrada. A veces sin palabras, sólo una sonrisa. La oración me ayuda a vivir con entusiasmo sentirme Sierva de San José. La oración me sostiene y me ayuda a acoger esa nueva realidad".
La congregación de las Siervas de San José fue fundada en España en 1874 por el jesuita catalán Francisco Butiñá y la salmantina Santa Bonifacia Rodríguez, que había sido trabajadora de cordonería. Su espiritualidad recupera una y otra vez a San José como modelo de hombre orante y trabajador manual. Hoy cuenta con más de 600 religiosas en 90 comunidades de 12 países y mantiene su casa madre en Salamanca.
«El gran dolor ante lo ocurrido renueva en nosotras la esperanza en la vida eterna que Dios nos regala. Dios nos sostiene con su infinito amor y acoge la vida entregada de las hermanas», afirman desde la congregación ante la triste noticia.
Asesinan a una religiosa que cuidaba ancianos
Ese mismo día 19 de marzo, por la noche, fue asesinada en Gabón sor Lydie Oyanem Nzoughe, de la congregación local Religiosas de Santa María, por un criminal común que buscaba robarle.
La religiosa había dedicado su vida a acoger y atender a ancianos abandonados por sus familias, a pobres y a personas sin techo. Dirigía el Centro de Acogida Fraternidad San Juan en Libreville, la capital de Gabón, situado muy cerca de la catedral. También había fundado un Movimiento Eucarístico de Jóvenes.
Sor Lydie Oyanem, asesinada en la capital de Gabón, trabajaba con ancianos abandonados
Pocas horas después del asesinato fue detenido el sospechoso, quien habría robado objetos personales y el automóvil de Sor Lydie. El presunto criminal era antiguo trabajador en el centro de acogida.
El arzobispo emérito de Libreville, Basile Mvé Engone, pidió a los fieles “rezar por el alma de nuestra hermana Lydie Oyane, mientras se espera que la policía judicial comunique los resultados de las investigaciones”.
Debido a las restricciones impuestas por el coronavirus en Gabón, donde ya se registran cinco casos de contagio, las iglesias del país se mantienen cerradas. Su funeral, si se celebra, deberá contar con una asistencia mínima de parientes.