Kirguistán tendrá pronto su primera catedral católica. La iglesia se levantará en el centro de la capital, Biškek, y su primera piedra ya ha sido bendecida por el Papa Francisco. Las obras de construcción comenzarán en los próximos meses, y se espera que el proyecto, presentado hace unos días, esté terminado en tres años.
Con montañas de hasta 7.000 metros de altura y mucho sol, Kirguistán es una república muy desconocida que cuenta con una pequeña minoría de católicos dispersos por todo el país. Unas cuantas miles de familias que forman un grupo heterogéneo, en el que también hay católicos de origen coreano y ruso.
Una nueva casa
En la actualidad, la única iglesia católica de Biškek se encuentra en una zona extremadamente periférica. "En un país de mayoría musulmana, hay gente que ni siquiera sabe de la existencia de la parroquia, porque no está conectada por transporte y sólo hace un año que pavimentaron la carretera que lleva a la iglesia", dice a la Agencia Fides, Damián Wojciechowski, jesuita y ecónomo de la Administración Apostólica de Kirguistán.
La construcción de esta primera iglesia se produjo gracias a un permiso concedido en 1969 por las autoridades soviéticas a algunos católicos alemanes, una comunidad formada por los que habían sido deportados allí durante la Segunda Guerra Mundial.
"Los espacios de los que disponemos ahora son muy pequeños y no nos permiten realizar todas las actividades que nos gustaría. Gracias a los nuevos locales adyacentes a la catedral, de los que dispondremos en futuro, podremos proponer una serie de iniciativas culturales, encuentros de oración y lecturas bíblicas, dirigidas a diferentes grupos de edad", señala el jesuita.
Diversas actividades
El proyecto de construcción de la nueva catedral forma parte del considerable desarrollo urbanístico que ha caracterizado a la capital Biškek en los últimos años. En un país en el que la pobreza y la corrupción están muy extendidas, la Iglesia Católica siempre ha mostrado su voluntad de trabajar al servicio de toda la población.
"Las actividades benéficas nunca han cesado. Actualmente, entre otras actividades en el país, también tenemos un hogar para madres solteras y otro para niños y jóvenes discapacitados. Anunciar el Evangelio significa ayudar a las nuevas generaciones a orientar su vida hacia la construcción de una sociedad más justa y acogedora para todos", comenta el ecónomo.
El administrador apostólico, el padre Anthony James Corcoran, durante la rueda de prensa de presentación del proyecto comentó que el Papa Francisco bendijo la primera piedra de la futura catedral cuando estuvo en Nur Sultán, durante su reciente viaje apostólico a Kazajistán.
Presencia significativa
Después de unos ocho años en los que la parroquia de Biškek estuvo bajo la jurisdicción de la Administración Apostólica de Karaganda, en 1999, Juan Pablo II erigió una misión sui iuris en Kirguistán, y en 2006, Benedicto XVI estableció la Administración Apostólica, que sigue funcionando en la actualidad.
Hoy en día, unos miles de católicos viven en Kirguistán, de los cuales 500 asisten asiduamente a las siete parroquias de la república. Las tres iglesias principales se encuentran en Biškek, Jalal-Abad y Talas. Los católicos que viven lejos de las parroquias se reúnen para rezar en casas particulares y reciben periódicamente visitas de los misioneros que trabajan en Kirguistán.
Aquí puedes ver un reportaje sobre la Iglesia de Kirguistán.
Entre los religiosos católicos, la presencia más significativa desde el punto de vista numérico es la de los jesuitas (10, procedentes de Eslovenia, Vietnam, Estados Unidos, Kazajstán, Kirguistán y Polonia), pero también hay miembros de otros institutos: 5 Hermanas Franciscanas de la Enseñanza (School Sisters of St. Francis), 3 Hermanas Misioneras de la Consolata y un sacerdote diocesano de Eslovaquia.
Hace apenas unos días, algunas Hermanas Misioneras de la Caridad, la orden fundada por la Madre Teresa de Calcuta, también llegaron a Biškek y abrirán su propio convento en la capital.