El arzobispo de Alepo de los maronitas, monseñor Joseph Tobjie ha mostrado visibles signos de esperanza respecto al nuevo régimen de Al-Julani en Siria, si bien se muestra aún prudente en su análisis.

En declaraciones a los medios vaticanos, Tobjie remarcó que desde el aspecto de la seguridad están "bastante tranquilos" y los combates o la violencia son "aislados" y lejos de Alepo.

"Quizás Damasco es la ciudad que está peor. Desgraciadamente se siguen utilizando armas, no sabemos por parte de quién, porque aquí hay varios grupos rebeldes además de los de Hayat Tahrir al-Sham (Hts), leales a Al Jolani, que lideró la revolución y decretó la caída de Assad. Lamentablemente, también están muy difundidas entre los niños, y esto es algo que no debería ocurrir nunca: ver a niños empuñando fusiles es terrible", denunció.

El arzobispo maronita afirmó  saber que la facción mayoritaria del nuevo régimen en Siria, HTS, estaría llegando a acuerdos con otras milicias del país, de modo que aunque su esperanza es que el conflicto "acabe de forma pacífica", por el momento no se puede "hablar de un país seguro y en paz".

Respecto al trato dado por islamistas de HTS a los cristianos, Tobjie reconoce que sus promesas "son esperanzadoras" y que por ahora "los hechos siguen a las palabras".

"Nos tratan bien, de manera respetuosa y quiero decir que no hay ninguna forma de persecución. Dijeron que nos dejarían en paz, incluso a las minorías, y parece que también lo están haciendo con nosotros, los cristianos", aseguró.

También afirma tener "muchas esperanzas en el futuro de Siria", sin embargo admite que por el momento no puede ser "ni demasiado optimista ni demasiado pesimista".

"Hay que caminar con cuidado y observar día a día lo que ocurre", remarca. Por el momento, confía en que las promesas del primer ministro Mohammed Al-Bashir sobre la protección a las minorías, mujeres y niños o de restablecer la justicia "no sean solo una forma de propaganda", pues "ahora el mundo entero está mirando a Siria y sin ciertas condiciones no habrá un Estado reconocido". "Pero es  difícil entender cómo actuarán",  agregó.

Tampoco se puede tener una plena certeza del papel de los cristianos en el nuevo régimen. Por su parte, el arzobispo Tobjie llama a los cristianos sirios a implicarse y desempeñar su papel en la vida política y social.

"No queremos que nos consideren `de segunda clase´, queremos que nos consideren socios, como están diciendo. Lo que debemos hacer en el futuro más próximo, es más, inmediatamente, es poner las bases para construir un Estado civil y una política abierta que mire al bien, con principios que respeten a todos, pero los cristianos debemos aportar nuestra contribución y, de hecho, creo que estamos llamados a ser la aguja de la balanza de esta nueva política", apuntó.